• Sustituir todas las bombillas incandescentes por otras de bajo consumo. Aunque son algo más caras, proporcionan la misma luz, duran 8 veces más y consumen sólo la cuarta parte de electricidad. De acuerdo con el Instituto para la Diversificación y el Ahorro de Energía (IDAE), sustituir una bombilla incandescente por otra más eficiente significa al final de su vida útil un ahorro de más de 60 euros.
• Vigilar el consumo de energía a la hora de comprar tus electrodomésticos. Para ello hay que estudiar atentamente la etiqueta energética. Se trata de una sencilla clasificación con letras y colores en la que se recoge el grado de eficiencia energética del aparato. A mayor eficiencia, menor consumo.
• Colocar tubos fluorescentes en los lugares donde sea necesaria más luz como cocina o baños. Estos tubos proporcionan la misma cantidad de luz, duran hasta diez veces más que las bombillas incandescentes y pierden menos energía en forma de calor.
• Aislar tu casa de forma adecuada. Según el IDAE, esta medida contribuye a ahorrar hasta 160 euros al año. Disponer de vidrios adecuados, mejorar los aislamientos, instalar toldos o apantallamientos exteriores para el verano… La mejora de la epidermis de nuestra vivienda puede reducir sensiblemente la factura energética.
• Establecer la temperatura del agua en el termo en un punto entre los 50° y los 60°. Por encima de esta temperatura aumenta el gasto innecesario, disminuyendo además la vida útil del termo.
• Desconectar el interruptor de los aparatos eléctricos. Dejarlos en stand-by en lugar de apagarlos por completo supone un consumo energético de un 33% más.
• Regular la temperatura del frigorífico de acuerdo con las instrucciones del fabricante. El frigorífico es el electrodoméstico que más energía consume: un 40% del consumo total del resto de electrodomésticos. Es necesario mantener la parte de atrás del frigorífico limpia y bien ventilada para asegurarnos de que el aparato no consume más electricidad de la estrictamente necesaria. No llenarlo en exceso es otra de las medidas que se pueden tomar.
• Utilizar lavadoras de bajo consumo. Ahorran hasta un 24% de electricidad en comparación con otras lavadoras.
• Usar un lavavajillas bitérmico. El lavavajillas utiliza la mayor parte de la electricidad que consume para calentar el agua. Los lavavajillas bitérmicos toman el agua caliente directamente del circuito del calentador, permitiendo un ahorro superior al 25%. Dejar la puerta ligeramente abierta tras el ciclo de lavado permite evitar tener que activar la función de secado.
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