Vuelta al ruedo al 2º de Victoriano del Río
Talavante sale por la Puerta del Príncipe y Luque cuaja una faena rotunda por su poderío en la primera de San Miguel
El cartel de este viernes, a priori, era el más flojo ya que anunciaba a tres toreros de los denominados veteranos, con muchos paseíllos a sus espaldas y con casi todo ya dicho en los ruedos. Pero dicen que el que tuvo, retuvo, y Talavante se entretuvo en cortar tres orejas y salir por la Puerta del Príncipe, mientras que Luque le dio réplica con la faena más auténtica y rotunda de lo que va de temporada maestrante.
Y para que todo esto ocurriera, Victoriano del Río e hijos, echaron una corrida de toros muy bien presentada y de juego muy interesante, con un segundo toro al que le dieron la vuelta al ruedo.
Talavante se encuentra a gusto en Sevilla. Y aun cuando no está bien del todo, la afición sevillana lo espera. Por eso, año tras año, es un clásico su presencia en los carteles. Pero hoy Talavante, sí ha estado de verdad. Se ha roto y ha dejado en el hotel el postureo al que nos tenía acostumbrados, para dar una versión de sus comienzos, cuando citaba enfrontilado y cuando cogía la muleta por el centro del palillo, ralentizando los pases con un temple casi a cámara lenta. Su primer toro, “Dalia”, no dijo nada en los primeros tercios, hasta que los clarineros, hoy con más de un desatino, tocaron al último tercio y despertó a embestir con una boyantía de ensueño. A la par, el torero se fue acoplando y si el victoriano embestía largo, el extremeño toreaba cada vez más despacio. Conjunción total que culminó tirándose a matar a ley y dejando una estocada arriba de la que salió rebotado. Dos orejas y vuelta para el noble toro.
Y con el quinto, con la Puerta del Príncipe casi entreabierta, Talavante salió a terminar de disfrutar de su tarde. De nuevo el victoriano sacó fondo y rompió en la muleta, y Alejandro armó otra faena plena de torería. Muy amanoletada. Con muletazos de figura erguida y plenos de sabor. Hubo pasajes bellos, como un cambio de mano cosido al pase de pecho, o unos naturales de frente llenos de naturalidad. Hasta se permitió el lujo de cerrar la faena por luquesinas. A esas alturas la comunión de toro, torero y público era total. Lo que tras recetar otra buena estocada le supuso cortar una oreja más, que le pasaportaba a su salida en volandas.
Pero Luque no se quiso quedar atrás, estaba en su territorio y tenía que dar réplica a Talavante, que ya había cortado dos orejas, y remachar su última tarde en tierras sevillanas. La temporada para el de Gerena ha transcurrido con altibajos.No ha tenido mucha suerte en los sorteos y esta tarde se ha vuelto a llevar el peor lote. Lo que no ha sido óbice para que se montara, en el sentido metafórico y casi real, encima de su primero. “Despreciado” ha sido un toro muy encastado, con mucho poder, de los que venden cara su muerte, y con el que hay que estar muy entero para demostrarle quien manda ahí. Luque hizo un despliegue de firmeza y dejó una faena de auténtica figura del toreo. Apostó desde el principio con un comienzo por abajo emocionante. Y continuó con toques muy firmes, haciendo girar y girar al toro alrededor de su cuerpo. Trazando ochos con su figura como eje. Sin inmutarse y mandando en la embestida de principio a fin. La emoción, por la verdad de lo que estaba sucediendo, casi se podía cortar. Todos estábamos embelesados con lo que estaba pasando. Todos menos una persona, la directora de la banda que no puso música a lo que se estaba viviendo. La faena, muy ojedista, fue larga y llegó a sonar un aviso justo antes de dejar una estocada atravesadilla que hizo que tardara en doblar el toro y que enfrió en parte al personal, que pidió con fuerza una oreja.
En el sexto, el más soso y desclasado de la tarde, no pudo remachar su tarde con un nuevo triunfo. Luque lo intentó, pero el toro se quedaba corto y su falta de clase le impidió sacarle mayor partido.
Y Sebastián Castella también tocó pelo, fue en el primero de la tarde. Cortó una oreja. Y fue en el último momento, cuando ya casi iban a arrastrar al toro, cuando el presidente se la concedió. El francés estuvo en su línea, fácil. Pero “Dakar”, otro buen toro, bravo y con unas preciosas hechuras, requería otra faena. A Castella no se le puede negar su capacidad de quedarse quieto y de dar muchos muletazos. Pero al trasteo le faltó gracia y le sobraron pases mecánicos. Lo mejor el recibo de capote por verónicas rodilla en tierra, muy templadas, como los delantales y las dos medias con los que remató.
Con el cuarto, el otro toro de menos posibilidades junto con el sexto, a Castella se le vio de nuevo dispuesto, pero el toro no le dejó que sacara nada en claro. Incluso llegó a escuchar algunos pititos, avisadores de que se fuera a por la espada porque ya tenía todo el pescado vendido.
FICHA DEL FESTEJO
Seis toros de VICTORIANO DEL RÍO: bien presentados y en tipo para Sevilla. De juego variado e interesante.
1º bravo; 2º noble y con clase, vuelta al ruedo; 3º encastado y con poder; 4º descompuesto y sin raza; 5º rompió y sacó fondo y 6º soso y descastado.
SEBASTIÁN CASTELLA (azul pavo y oro): desprendida trasera (oreja); estocada trasera (silencio).
ALEJANDRO TALAVANTE (sangre de toro y oro): gran estocada (dos orejas); estocada (oreja).
DANIEL LUQUE (blanco y azabache): estocada contraria (aviso y oreja); pinchazo y estocada (silencio).
Cuadrillas:
Picando destacó: El Patilla (3º).
En la lidia: Javier Ambel (2º) y Juan Contreras (3º).
Y con las banderillas: se desmonteraron José Chacón (1º), Iván García (3) y Javier Ambel y Manuel Izquierdo (5º).
Observaciones:
Tras finalizar el paseíllo se guardó un minuto de silencio por los fallecimientos este verano de los matadores de toros Paco Camino y Pepe Luis Vázquez.
Al final del festejo Talavante salió en hombros por la Puerta del Príncipe.
