Camino cargado de emoción

San Juan de Aznalfarache se postra ante el Simpecado de Villamanrique recordando a presentes y ausentes en el Camino

Desde el Vado del Quema de Aznalcázar llegaba hasta Villamanrique de la Condesa, también emocionada la Hermandad del Rocío de San Juan de Aznalfarache, que decía estar viviendo un camino tranquilo, sin problemas, pero cargado de emoción e ilusión.

Tras haber podido bautizar en el Vado a los nuevos romeros, gracias a que las lluvias de los últimos días han dejado algo de agua en el lugar, la Hermandad de San Juan, como su Hermano Mayor, Juan José Puerta, a la cabeza, se abría paso entre la multitud para subir los siete escalones que los separaba, por unos instantes, del Simpecado de Villamanrique.



Una vez frente al Simpecado y durante el resto del camino, los peregrinos piensan en todas las personas que faltan, en los que participan en el camino y en los que no han podido ir. “El camino sirve para confraternizar y hacer amigos”.

Juan José Puerta explicaba que el pueblo entero de San Juan se moviliza ante la llegada de la romería de El Rocío y es la que empuja a la Hermandad a hacer el camino en el que participan unos 300 peregrinos, 30 carriolas y otros tantos animales.
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