La delegación territorial de Salud y Consumo, a través del Centro de Emergencias sanitarias 061 de Sevilla, ha dotado a la Comandancia de la Guardia Civil de Sevilla con 20 desfibriladores para los vehículos con los que dará cobertura a los caminos del Rocío, con el fin de que puedan actuar de forma adecuada como primeros intervinientes en una situación de parada cardiorrespiratoria.
La delegada de Salud y Consumo, Regina Serrano, acompañada por el director del Centro de Emergencias Sanitarias 061 de Sevilla, José María Villadiego, ha hecho entrega de estos desfibriladores al teniente coronel y segundo jefe de la Comandancia de la Guardia Civil en Sevilla, Emilio Serrano, en un acto celebrado esta mañana en la Comandancia de la Guardia Civil de Sevilla.
Una iniciativa puesta en marcha en 2019 y cuya finalidad es que exista el máximo número de personas con una formación básica inicial en técnicas de reanimación cardiopulmonar y que dispongan de desfibrilador para actuar como primeros intervinientes, que ayudarán a salvar la vida de personas que sufran una parada cardiaca tanto durante el camino a El Rocío, como en la misma aldea.
El Centro de Emergencias Sanitarias 061 ha formado durante dos años a más de 1.500 guardias civiles de la comandancia de Sevilla en primeros auxilios y uso del desfibrilador automatizado (DEA). La finalidad es que los miembros de la Guardia Civil puedan identificar e intervenir ante una persona inconsciente, una obstrucción de la vía aérea y una parada cardiorrespiratoria mientras llegan los servicios de emergencias sanitarias del 061. Con estos conocimientos adquiridos, los efectivos desplegados por los caminos contarán con los elementos necesarios para asistir a una persona en los primeros y decisivos momentos ante una posible parada cardíaca.
La delegada de Salud ha destacado la importancia de actuar antes de la llegada de los servicios de emergencia: “Los cinco minutos posteriores a una parada cardiorrespiratoria resultan cruciales para el paciente, ya que en este tiempo la falta de oxígeno y sangre en el cerebro pueden causar daños irreversibles e incluso provocar la muerte. Por este motivo, es fundamental que, ante un suceso de esta magnitud, la persona que tiene el primer contacto con el afectado sepa intervenir rápidamente, alertando a los equipos de emergencias y aplicando entre tanto las técnicas de soporte vital con las que se inicia la cadena de la supervivencia”.
