Otras actuaciones en la provincia
La Comisión Provincial de Patrimonio aborda el proyecto de conservación y restauración del hejal de la iglesia de Santa María la Blanca
En la provincia aprueba actividades arqueológicas por causa de diferentes obras de construcción en Lebrija, Marchena y Peñaflor
La Comisión Provincial de Patrimonio, presidida por la delegada territorial de Turismo, Cultura y Deporte, Minerva Salas, en la sesión celebrada esta mañana, ha dado cuenta de un total de 17 expedientes de interés para la conservación del patrimonio cultural y artístico, de los cuales 11 corresponden a Sevilla y 6 a la provincia, concretamente a las localidades de Las Cabezas de San Juan, Carmona, Marchena, Lebrija y Peñaflor.
Así, la Comisión de Patrimonio ha analizado el proyecto de conservación y restauración del hejal de la iglesia de Santa María la Blanca. Se trata de un bien mueble que se ubica en las sinagogas y que está orientado hacia Jerusalem, y cuyo cometido es servir de custodia y guarda de los rollos de pergamino de la Torá.
Este hejal presenta cuatro rebajes similares de escasa profundidad y proporción predominantemente vertical: con 170 cm hasta la clave del arco que cierra cada uno de ellos y 50 cm de ancho, excepto el más exterior que mide 175 x 60 cm. próximo a la línea de arranque de los arcos. El proyecto plantea compatibilizar el hallazgo de los rebajes con el programa decorativo barroco, teniendo en cuenta la importancia que tiene por su ubicación original en el presbiterio, y que sea fácilmente distinguible y con el mínimo de intervención, especialmente en el ámbito físico del hejal. Tanto las operaciones como los materiales que se plantea el proyecto son reversibles y compatibles con el hejal.
Uno de los métodos de intervención enunciados en la documentación, por ejemplo, propone que, en lugar de los azulejos que no han sobrevivido al paso del tiempo, se coloque una reproducción impresa de los mismos, haciéndolos coincidir con los azulejos originales que aún quedan, así como la reposición de parte de los desmontados en su momento. Existe, no obstante, una importante consideración que hacer al respecto: que todo este planteamiento tiene una justificación en el caso de que los azulejos del zócalo desmontado ya no existieran, pero que se conocieran por asimilación con los del resto de la iglesia o por los que aún quedan en su posición original, pero no es este el caso. Los azulejos existen, están perfectamente restaurados y en disposición de ser colocados en su lugar original.
Es por todo lo anterior por lo que esta Comisión de Patrimonio solicita la presentación del correspondiente proyecto de conservación en el que se repongan en su lugar los azulejos retirados en su día, hoy almacenados y restaurados, sirviendo igualmente como material de acabado de los paneles del bastidor que permita la percepción ocasional del hejal.
Por otro lado, la Comisión de Patrimonio ha informado favorablemente la construcción de dos rampas en el claustro del Monasterio de Santa María de las Cuevas. La primera rampa pretende dotar de un itinerario accesible para la conexión entre el Claustro Grande y el Claustrillo mudéjar, que sustituirá a la rampa provisional que existe actualmente.
La segunda rampa accesible se construirá en el Patio del Ave María del Conjunto Monumental de la Cartuja que complemente a la rampa actual, que fue ejecutada en las obras que se finalizaron en 1992. Con estas obras se pretende dar respuesta a las necesidades de accesibilidad para personas con movilidad reducida acortando el largo recorrido que supone llegar a la rampa existente en la actualidad.
En la provincia, Patrimonio ha informado favorablemente el proyecto de actividades arqueológicas preventivas por el sondeo y control de los movimientos de tierra de distintas actuaciones y obras. Concretamente, en Lebrija debido a las obras del Centro de Interpretación de la figura de Elio Antonio de Nebrija. En Marchena debido a la renovación de redes de abastecimiento, saneamiento y pavimentación de la calle Carrera. Y en Peñaflor por la obra de construcción de la Agrupación de Vertidos y EDAR.
Estos proyectos aprobados pretenden el control arqueológico de los movimientos de tierra correspondiente a la excavación de zanjas para la introducción de cableado por medios mecánicos y manuales según lo dispuesto en el Reglamento de Actividades Arqueológicas, que especifica que el control arqueológico de los movimientos de tierra realizados de forma mecánica o manual, con objeto de comprobar la existencia de restos arqueológicos o paleontológicos y permitir su documentación y la recogida de bienes muebles. El ritmo y los medios utilizados en los movimientos de tierra deberán permitir la correcta documentación de las estructuras inmuebles o unidades de estratificación, así como la recuperación de cuantos elementos muebles se consideren de interés. Ocasionalmente se podrán paralizar de forma puntual los movimientos de tierra durante el período de tiempo imprescindible para su registro adecuado.”
La importancia que tienen las cautelas arqueológicas durante la celebración de obras se entiende con el ejemplo de la desarrollada en Lebrija, pues la construcción del Centro de Interpretación se ubica en la Zona de protección A o de máximo interés arqueológico del Cerro del Castillo, hito patrimonial y paisajístico de la ciudad, y el núcleo generador y polarizador de la ciudad histórica hasta su expansión en los siglos XV y XVI, y donde cabe destacar como hitos arqueológicos lebrijanos, entre otros, los descubrimientos que arrancan en el período Hierro I, exhumándose un fragmento del urbanismo romano reintegrado en la Casa de la Juventud; los sondeos arqueológicos y control del movimiento de tierras en la parcela Plaza Rector Merina nº 1 y en la propia plaza (contenedor soterrado nº 8), cuya estratigrafía se correlaciona con la obtenida en calle Alcaidía 4; la excavación arqueológica en Antonio de Nebrija nº 10, donde se ha analizado un edificio público de época augustea, y cuyas características y monumentalidad apuntan hacia un posible templo; la excavación en extensión en calle Céspedes nº 3 y 5, con una secuencia discontinua desde la Edad del Bronce.
