Tomares ya cuenta con una plaza dedicada a Manuel Bizcocho Fuertes, conocido popularmente como “El Boticario”. Situada en la prolongación de la calle Francisco Casero, la elección del espacio para homenajear su figura no es casual, ya que se encuentra muy próximo al lugar en el desempeñó su trabajo durante décadas, la céntrica “botica del pueblo”, como a él le gustaba nombrar a la farmacia de la calle Clara Campoamor.
Con esta nueva rotulación, se cumple el acuerdo del pleno municipal, celebrado en diciembre del pasado año, por el que se rinde homenaje a este “querido vecino, que durante toda su vida profesional atendió con generosidad, amabilidad y una sonrisa a todas las personas que acudían a la farmacia, ganándose el sobrenombre de El Boticario y sobre todo, el respeto, la confianza y el cariño de los vecinos”, ha resaltado el alcalde, José María Soriano, durante el acto de inauguración de la plaza.
Sus tres hijos, Manuel, José María y Francisco; sus hermanos, Sebastián, Esperanza y Ana, sus nietos, nueras y sobrinos, así como amigos y miembros de la Corporación han estado presentes en el descubrimiento de la placa, que recordará siempre “a una persona cercana, sencilla y única, que ha sido un ejemplo para todos, tanto en su faceta profesional como personal”.
Palabras de elogio a Manuel Bizcocho, pronunciadas por el alcalde y suscritas por su hijo José María que, en representación de la familia, ha alabado la “sabiduría” de su padre “y su habilidad para sacar una sonrisa a todos los que acudían a la botica buscando un consejo que los ayudara a aliviar los males”.
Un emotivo y entrañable acto en el que también se ha tenido un recuerdo para el resto de miembros que componían la “gran y conocida familia” de Manuel Bizcocho Fuertes, “El Boticario”.