El Conde Duque de Olivares fue bautizado como Gaspar por haber nacido un día de Reyes en Roma. Cuando recibe del papa Urbano VIII la bula para erigir la Colegiata de Olivares y redacta sus estatutos, que también serían firmados por la Santa Sede.
En estos estatutos se recogen, entre otros detalles, que la escena del Nacimiento de Cristo debe ser el sello de la Colegiata al igual que lo es de la Basílica Mayor de Santa María della Neve o Santa María la Mayor de Roma, con la que le unen estrechos lazos.
Es fácil encontrar la escena del Nacimiento en retablos y pinturas. En la "Ruta del Conde Duque", Patrimonio y Turismo de Olivares desvela los puntos donde verlas. La imagen que ilustra esta información es la representación de la escena en la silla abacial del coro. El relieve del Nacimiento de Cristo se concibe como una escena sencilla en su composición y organizada en dos planos: el más cercano al espectador, en el que se disponen los tres personajes: San José, la Virgen y el Niño y un plano de fondo con un relieve muy degradado donde se articulan unas arquitecturas estilizadas. El tipo de plegado se caracteriza por un tratamiento de las telas a base de grandes pliegues de curvas amplias y superficies redondeadas que caen rítmicamente.
Hasta ahora, en distintas publicaciones se ha relacionado esta obra con el hacer de la escuela sevillana y concretamente se manejó el nombre de Gaspar Ginés como el posible autor del relieve, sin embargo los datos plantean como dudosa esta atribución según la historiadora de arte Ana Goy Diz.
En principio porque en el contrato se especifica detalladamente como Bernardo Cabrera y en segundo lugar porque en la relación de gastos no se hace mención alguna al pago del relieve a otro maestro, por lo que se considera que la escena del Nacimiento probablemente es una obra del taller de Cabrera que, sigue el modelo de una estampa andaluza.
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