viernes, 25 de abril de 2025
La decisión del Papa Francisco de ser enterrado en la Basílica de Santa María La Mayor de Roma ha reavivado el valor simbólico y espiritual que este templo guarda para la localidad de Olivares. Según ha recordado la Asociación Cultural Gaspar de Guzmán, Conde Duque de Olivares, este imponente edificio romano mantiene un estrecho vínculo con la Colegiata de Santa María de las Nieves desde hace más de cuatro siglos.

Este lazo histórico se remonta al momento en que la iglesia de Olivares fue erigida como "Colegial Nullius Diócesis", quedando entonces agregada como filial a la basílica romana por deseo expreso del Conde Duque de Olivares y del rey Felipe IV. Una unión espiritual que conectaba así a la villa sevillana con uno de los templos marianos más significativos del mundo cristiano.

La Basílica de Santa María La Mayor, conocida también como Santa María della Neve, es la más antigua dedicada a la Virgen en Roma y alberga el icono de la "Salus Populi Romani", patrona de la ciudad y a quien el papa Francisco profesaba una profunda devoción. Siempre que emprendía un viaje oficial, acudía a rezar ante esta imagen y a ofrecerle flores, de ahí su voluntad de descansar eternamente cerca de ella.

Desde Olivares, este gesto se percibe como una ocasión para renovar el valor de esa antigua relación espiritual con Roma, resaltando la relevancia histórica y religiosa de su Colegiata, que aún conserva la advocación compartida con la basílica romana.
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