A pesar de la polémica previa por la no inclusión de Tristán Barroso, la final del XXXV Ciclo de Promoción de Nuevos Valores de la Torería ha tenido un interés especial al estar conformada por dos toreros de la provincia de Sevilla, como Manuel Jesús Carrión de La Algaba y “El Exquisito” de la Puebla del Río, y por el mexicano Emiliano Ortega, también vinculado con Sevilla ya que reside desde sus dos años en Tomares. Los tres chavales se las vieron con seis novillos de Fernando Sampedro.

En la final los tres novilleros dieron siempre la cara y no desaprovecharon ninguna de las oportunidades que le brindaron los enrazados novillos de Sampedro, llevándose el gato al agua Manuel Jesús Carrión, quien obtuvo una oreja en cada uno de sus novillos lo que le permitió salir en hombros por la Puerta de Cuadrillas.



El algabeño Carrión puso de manifiesto sus ganas durante toda la tarde-noche, y lo más importante, un temple innato que debe de seguir cuidando porque esta virtud le abrirá muchas puertas para su futuro. Sus dos novillos no le regalaron nada ya que tuvieron casta y repetían con celo las embestidas, lo que obligaba a estar siempre dispuesto para que no le sobrepasaran. Con el capote también dio buena muestra de su repertorio, como en el recibo de rodillas en el tercio con larga, seguida por verónicas y serpentina de remate. Replicando al quite por chicuelinas del “Exquisito” por gaoneras y media de rodillas. Con la espada también fue certero, matando pronto y bien, razón de más para su balance de oreja y oreja.



Manuel Luque “El Exquisito”, fue el otro novillero que también logró tocar pelo y cortó una oreja en su primero. El de La Puebla del Río, a pesar de llevarse el peor lote, no se apartó nunca de su línea de toreo clásico. Si el tercero le regaló pocas buenas embestidas, el sexto fue mucho peor, por su cabeceo y mal estilo que a más de uno le hubiera hecho de tirar la toalla. Pero no fue el caso del cigarrero, quien siempre plateó su demostración de valores cargando la suerte y como dijimos en su anterior comparecencia, con unos aires amorantados, pero sólo unos aires, porque su concepto tiende a tener su propia personalidad. Muy bueno el estoconazo con el que tiró sin puntilla al tercero.



Y Emiliano Ortega, que se llevó el lote más notable de de la terciada, pero potable novillada de Sampedro, también dejó muy buen sabor de boca. Su toreo, como el de los otros dos compañeros de terna, está encuadrado dentro del concepto clásico, pero es que además en cuanto pudo le sopló a sus erales algún trincherazo, o un kikiriki, o un natural citando de frente de lo más puro del festejo. Al mexicano tal vez le faltó continuidad en los trasteos, pero no se aburrió buscando el triunfo. Hay que esperarlo.

También destacar en el haber de los tres novilleros, que en ningún momento se dejaron ganar la pelea y que siempre participaron en los tercios de quites, tanto en sus novillos, como cuando les correspondía en los de sus compañeros.



FICHA DEL FESTEJO

Jueves 28 de julio de 2022. Plaza de toros de la Real Maestranza de Sevilla. 4ª novillada y final del XXXV Ciclo de Promoción de Nuevos Valores de la Torería. Novillada sin picadores. Más de media entrada con temperatura agradable de verano.

Seis novillos de Fernando Sampedro, procedencia Juan Pedro Domecq, terciados y desiguales de presentación. Se dejaron en líneas generales, a excepción de 3º y 6º, más deslucidos, sobre todo el sexto que desarrolló peligro. El mejor el 1º, noble, bravo y repetidor.

Emiliano Ortega (crema y oro): media atravesada caída (aviso, petición y vuelta al ruedo) y cuatro pinchazos y media estocada caída (aviso y saludos).
Manuel Jesús Carrión (blanco y oro): estocada desprendida al encuentro (oreja) y estocada (oreja).
Manuel Luque “El Exquisito” (blanco y oro): estocada (oreja) y estocada desprendida (petición y vuelta al ruedo).

Entre las cuadrillas destacó con los palos el toledano Roque Vega que se desmonteró tras parear al quinto. También Alejandro Sobrino dejó dos buenos pares en el sexto.

En el callejón estuvo Morante de la Puebla ocupando un burladero y presidió Joaquín José Herrera del Rey quien estuvo acertado en sus decisiones.
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