Este 2 de marzo es Miércoles de Ceniza
El arzobispo de Sevilla invita a vivir la Cuaresma con esperanza y en clave de conversión personal
En un mensaje audiovisual, monseñor Saiz ha reflexionado que el punto de partida es la convicción de la necesidad de cambios en la vida “en un sentido profundo, desde la raíz, en totalidad”.
En esta línea ha expresado que “la actitud fundamental es la esperanza”. Por eso, a lo largo de esta Cuaresma, nuestra tarea principal ha de ser “la de dejarme convertir por Dios, dejarme cambiar el corazón”.
Oración, ayuno y limosna
La Iglesia recomienda tres prácticas: oración, ayuno y limosna durante estos cuarenta días previos al Triduo Pascual. “La oración me une más a Dios, hace que mi vida esté más centrada en él, me aporta claridad para distinguir las cosas, para recomponer la escala de valores. Me ayuda a descubrir que Dios es realmente el centro de la vida y que en él he de poner el corazón”.
“El ayuno – por tanto – consiste en privarse de todo lo que, en realidad, no se necesita. Todo lo que podemos compartir con otras personas que sí lo necesitan”, ha manifestado.
Por eso, “cuando pongo a Dios en el centro, cuando él es de verdad mi tesoro, me doy cuenta de que seguramente no necesito tantas cosas materiales, que son perfectamente prescindibles”.
Finalmente, monseñor Saiz ha recordado que la oración, el sacrificio y el compartir son tres prácticas cuaresmales que vuelven “la existencia más humana y más cristiana. Quizá parezca difícil. La motivación más profunda se halla en la contemplación de Jesucristo, el Maestro, el Señor, que reza, se sacrifica, y da la vida por cada uno de nosotros”, ha puntualizado.
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