La industria de alta tecnología aeronáutica conformada por los denominados vehículos aéreos no tripulados (UAV), conocidos como drones, vuela alto y a una velocidad imparable. Constituye uno de los segmentos con mayor proyección de futuro debido a las múltiples aplicaciones que tienen estos robots aéreos en campos tan diversos como la agricultura, la vigilancia, la inspección de infraestructuras, el transporte o el control de incendios, entre otros. Su crecimiento es además exponencial, impulsado por los constantes avances tecnológicos aplicados para mejorar sus prestaciones y extender su uso a gran parte de los sectores productivos y de servicios.
España se sitúa entre las diez potencias mundiales en esta rama del sector aeroespacial y Andalucía es una de las responsables de ese empuje, ya que tras Madrid se consolida como la segunda comunidad relevante tanto en operadores como en pilotos, según se recoge en el Plan Estratégico para el Desarrollo del Sector Civil de los Drones en España 2018-2021. De acuerdo con dicho documento, en el conjunto nacional se registran más de 3.000 operadores en el mercado de drones, de los que 550 tienen sello andaluz. Asimismo, dicho plan prevé que la flota de drones de uso profesional superará las 51.400 aeronaves en 2035 y alcanzará las 53.500 en 2050. El impacto económico de este crecimiento está valorado en 1.220 millones de euros en 2035 y en 1.520 millones en 2050.
Por su parte, la Comisión Europea estima que dentro de 20 años el mercado de los drones dará empleo a más de 100.000 personas en el territorio UE, con una magnitud económica que rondará los 10 billones de euros.
El escenario es, por tanto, esperanzador y la región andaluza está bien posicionada ya que tiene el conocimiento, las empresas y los profesionales que la sitúan en un lugar destacado. Pero, sobre todo, cuenta con la apuesta institucional para continuar avanzando en su desarrollo. Es una actividad en la que Andalucía ya parte con ventaja frente a otros territorios: por el peso alcanzado en la industria aeronáutica, por albergar infraestructuras singulares y de gran relevancia y por disponer de grupos de investigación y centros tecnológicos sobresalientes en este campo capaces de transferir el conocimiento al tejido empresarial.
Tras experimentar en los últimos años crecimientos continuados en su sector aeroespacial, solo interrumpidos por los efectos mundiales de la pandemia de Covid-19, Andalucía se ha convertido en el tercer polo aeroespacial europeo después de Toulouse (Francia) y Hamburgo (Alemania), con Sevilla y Cádiz como principales exponentes provinciales. Responsable del 1,73% del PIB andaluz y del 42% de las exportaciones de la región, el segmento aeroespacial factura más de 2.830 millones de euros, genera 14.500 empleos directos, en su mayor parte de alta cualificación, y cuenta con un tejido empresarial integrado por 143 empresas.
Infraestructuras estratégicas: ATLAS y CEUS
Además, la comunidad dispone de infraestructuras singulares y estratégicas equipadas con la tecnología más innovadora de Europa que la coloca a la vanguardia en la rama de los drones. Se trata del Centro de Vuelos Experimentales con Aviones no Tripulados-ATLAS, ubicado en Villacarrillo (Jaén), que destaca por ser el primer aeródromo de España dedicado íntegramente a la experimentación con tecnologías y sistemas de aviones no tripulados. La Junta de Andalucía fue determinante en su impulso, a través de la Fundación Andaluza de Desarrollo Aeroespacial (FADA), en cuyo patronato está presente la Consejería de Transformación Económica, Industria, Conocimiento y Universidades.
A esa dotación se sumará el proyecto CEUS, el Centro de Investigación y Ensayos de Sistemas Aéreos No Tripulados, previsto en el municipio de Moguer (Huelva). Con esta actuación, cuya puesta en funcionamiento se prevé para 2023, Andalucía tiene la oportunidad de ser referente internacional en UAV. Será una infraestructura científico-técnica única en Europa para el ensayo y validación de distintos sistemas autónomos que podrá ser utilizada por universidades, centros de investigación y empresas de diferentes ámbitos. Además, este centro tiene una conexión muy estrecha con el programa europeo de cooperación EUROMALE para construir un gran dron militar, así como con los desarrollos de satélites HAPS.
El equipamiento está impulsado conjuntamente por la Consejería de Transformación Económica, cuyo empeño ha sido decisivo para que el proyecto se relance, y por el Gobierno central. La firma el año pasado del protocolo de colaboración entre la Consejería y el Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial (INTA), dependiente del Ministerio de Defensa, está permitiendo a ambas administraciones estrechar la cooperación y avanzar en las actuaciones necesarias para que la actuación pueda ser una realidad en 2023.
La aprobación el pasado 22 de octubre de la Declaración de Impacto Ambiental (DIA) por parte del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, a instancias del INTA, supone un importante paso en esa dirección, como también lo es el acuerdo suscrito una semana después entre el CDTI, entidad dependiente del Ministerio de Ciencia e Innovación, y el INTA.
La Consejería de Transformación Económica consignará en sus presupuestos la dotación necesaria para atender sus compromisos con el impulso de esta infraestructura.
Nuevos proyectos
Además del CEUS, el Ejecutivo autonómico también inyectará financiación pública a otra iniciativa en el ámbito de las aeronaves no tripuladas, lo que garantizará que la comunidad tome una ventaja decisiva con respecto al resto de territorios en este segmento.
La Consejería también impulsa el Centro de Innovación UAV y Movilidad Aérea Urbana. Esta infraestructura, con un presupuesto total estimado cercano a los 20 millones de euros, centrará igualmente su actuación en avances en las tecnologías aplicadas a los drones.
El Centro de Innovación UAVs y Movilidad Aérea es una iniciativa de la Universidad de Sevilla y FADA-CATEC y contará con el apoyo de la Junta, además de con la colaboración de Andalucía Aeroespace, Airbus y el Ejército del Aire. Estará liderado técnicamente por Aníbal Ollero, catedrático de Robótica sevillano y uno de los mayores expertos europeos en drones. El objetivo de este equipamiento es generar conocimiento que permita mantener el liderazgo científico y tecnológico de Andalucía en tecnologías de vehículos aéreos no tripulados para aplicaciones civiles y, en particular, para su aplicación a la movilidad aérea urbana haciendo posible la autonomía inteligente y segura de vehículos y sistemas.
Además, se persigue favorecer la transferencia del conocimiento que se va a generar mediante esta iniciativa a las empresas, haciendo especial énfasis en las pymes, mediante un plan específico de difusión y transferencia de resultados para promover la investigación y la innovación en el tejido empresarial.
En suma, este nuevo centro de investigación fortalecerá y acompañará a la industria aeronáutica andaluza, capacitándola para su diversificación hacia nuevos productos, todos ellos con un alto valor añadido muy superior a la tradicional fabricación de aeroestructuras.
Universidades y centros tecnológicos
En la posición pujante de Andalucía en la industria de los drones también influye de forma decisiva el papel sumamente activo de las universidades y centros tecnológicos en el despliegue de tecnologías relacionadas con los UAV en colaboración con las empresas del sector.
El Centro Avanzado de Tecnologías Aeroespaciales (CATEC), gestionado por la Fundación Andaluza para el Desarrollo Aeroespacial (FADA), es referencia internacional en vehículos aéreos no tripulados. En los últimos años, se ha consolidado como una dotación esencial para el desarrollo tecnológico del ecosistema aeroespacial de Andalucía a través de la creación de conocimiento tecnológico y de su transferencia al tejido productivo aeroespacial.
Por su parte, la Universidad de Sevilla, a través del grupo de investigación en robótica aérea liderado por Aníbal Ollero, es referencia internacional en vehículos aéreos no tripulados. Ollero es, además, el investigador con más publicaciones sobre UAV del mundo, es el autor de cinco de las 15 publicaciones más citadas según Scopus, la mayor base de datos de publicaciones científicas. Su trabajo, junto a un equipo de 80 miembros, se centra en una docena de proyectos del Programa marco de investigación y desarrollo europeo H2020 y otros cuatro españoles, todos sobre drones.
Estrategia Aeroespacial de Andalucía
El apoyo institucional de la Junta a la industria aeroespacial y, más concretamente, a la rama de las aeronaves no tripuladas se explicita a través de la Estrategia Aeroespacial de Andalucía para el periodo 2021-2027, elaborada por Transformación Económica, en colaboración con la Escuela de Organización Industrial (EOI) y el Clúster Andalucía Aerospace. Según esta Estrategia, el mercado de los drones está valorado en más de 20.000 millones de dólares, cifra que se prevé que se incremente hasta los 54.000 millones de euros en 2025, con una tasa de crecimiento anual superior al 14%.
Dicha herramienta reforzará uno de los sectores con más músculo de la economía andaluza y con mayor capacidad para promover el viraje hacia un nuevo modelo productivo basado en la innovación y el conocimiento. La Estrategia nace con la vocación de colaboración público-privada y plantea una inversión mixta de 573 millones de euros, de los que 293 millones serán fondos públicos y 279 serán de aportación privada. Con ella, Andalucía se convierte en pionera dentro del conjunto de España en disponer de un instrumento integral de planificación, ejecución y evaluación de las actuaciones públicas a llevar a cabo en apoyo de un sector estratégico para la economía regional.
Entre otros objetivos, el documento apunta a las aplicaciones relacionadas con los UAV como uno de los ejes claves del futuro desarrollo del aeroespacial andaluz, con el fin de lograr una mayor diversificación de la actividad y de las empresas y organizaciones tecnológicas integrantes del sector.
La Estrategia recoge precisamente como actuaciones relevantes y esenciales para el sector el proyecto CEUS y el futuro Centro de Innovación UAV y Movilidad Aérea.
Uso civil
Las aeronaves que vuelan sin tripulación, capaces de mantener de manera autónoma el vuelo, constituyen una tecnología puntera que ha generalizado su uso civil en los últimos años. Su origen se remonta a la década de los 60 y 70 en el ámbito militar y de seguridad nacional como vehículo de inspección y vigilancia, fundamentalmente.
Con posterioridad, en los años 80, estas plataformas se extendieron a aplicaciones civiles. La primera de estas experiencias se llevó a cabo en Japón, en tareas de fumigación de cultivos. Sin embargo, el desarrollo de la tecnología y su reducción de costes, unido a la mejora en la eficiencia y fiabilidad de estos sistemas, ha hecho posible que, más recientemente, se haya producido una amplia difusión de la utilización de los drones.
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