Incorpora 150 metros al circuito visitables
Halladas dos tabernas y nuevas zonas urbanizadas en un Enclave Arqueológico de Andalucía
La consejera de Cultura y Patrimonio Histórico, Patricia del Pozo, ha destacado "el alto valor arqueológico" de los últimos descubrimientos en el Enclave Arqueológico de Ategua (Córdoba), "que sitúan al enclave en una de las referencias arqueológicas de la provincia y de Andalucía por la cantidad de restos pendientes de estudiar, investigar y catalogar en el sitio". Del Pozo ha podido comprobar in situ los últimos hallazgos en el enclave, como las nuevas zonas urbanizadas y las dos tabernas encontradas, una de ellas abierta al decumano máximo (calle principal este-oeste) y otra abierta al cardo máximo (calle principal norte-sur).
Del Pozo, que ha visitado el yacimiento acompañada de la viceconsejera de Cultura y Patrimonio Histórico, Macarena O'Neill, y de la delegada territorial de Cultura en Córdoba, Cristina Casanueva, ha recordado que Ategua es "una prioridad para esta Consejería y para el Gobierno de la Junta, que lleva realizadas varias actuaciones arqueológicas que han puesto de manifiesto el importante nivel del yacimiento, tanto a nivel histórico y arqueológico como de investigación, ya que los últimos descubrimientos han abierto nuevas líneas para profundizar en el pasado de Ategua".
En este sentido, la consejera de Cultura ha destacado que "los últimos descubrimientos han podido incorporar otros 150 metros cuadrados al circuito visitable del yacimiento, lo que demuestra el importante valor arqueológico de Ategua", ha resaltado Del Pozo. Así, las tabernas, de las que aún se desconocen las actividades a las que se dedicaban y si cohabitaron con las termas descubiertas en las actuaciones realizadas en el enclave en 2020, pudieron ser bien depósitos de alimentos o víveres, o bien comercios.
Así, en los estudios hechos en la panadería descubierta durante las actuaciones realizadas en 2020, se ha localizado la base del molino, la mesa para elaboración del pan, el espacio donde se encastró el dolium para almacenar el agua y el horno para la cocción, así como una zona anexionada, tal vez como almacén de grano, orientada hacia el cardo máximo. Además de las puertas, cuyo estado de conservación es excelente, se ha encontrado un pesebre de mármol asociado a un espacio inicialmente atribuido a la presencia de animales.
Según los estudios realizados por los equipos de la Consejería de Cultura y Patrimonio Histórico, los dos edificios sufrieron derrumbes debidos a un gran terremoto en la primera mitad del siglo II d.C. Así, la puerta principal de la panadería quedó colapsada de tal manera que se abrió un gran hueco en una de las paredes de la fachada del cardo. Además de la retirada de las piezas constructivas de mayor envergadura e importancia, se retiraron todo que lo que debía aún servir dejándose lo que se había destruido o perdido bajo los derrumbes -por ejemplo, varias ánforas-.
Al norte de las dos tabernas se encuentran las termas, cuya investigación se amplío en las intervenciones de 2020 y han continuado en 2021. Se ha localizado una gran sala de entrada, pavimentada con mortero de cal y adornada en su frente sur por pequeñas columnitas adosadas, construidas en piedra y estucadas en blanco con zócalo rojo y amarillo, a las que se accedía desde el cardo máximo, la calle principal de la ciudad. Desde esa sala columnada se pasaba a través de dos vanos al frigidarium -la sala de agua fría-, a pesar de que las termas fueron saqueadas tras su colapso tras el terremoto.
Desde la panadería hasta las termas, el cardo máximo sube de cota, por lo que las puertas de las tres puertas documentadas están a diferentes alturas. El espacio fue usado durante la tardoantigüedad, posiblemente, para una vivienda. Ésta se abría a una calle que fosiliza el antiguo cardo máximo de la ciudad romana. Sobre la calle, se instala un horno, del que se está investigando aún su función.