Es el primer artista en colgar el cartel de "no hay billetes"

El público agota las entradas para el espectáculo de Dorantes en la Bienal en sólo cinco horas

Cinco horas han sido suficientes para que el pianista flamenco David Dorantes venda todas las entradas del espectáculo que presentará, como estreno absoluto, en la Bienal de Flamenco de Sevilla. "Scarlattianas, Un tributo a Domenico Scarlatti", podrá verse el 22 de septiembre en la Iglesia de San Luis de Los Franceses, con un doble concierto a las 12 y a las 21 horas.

Muchos han sido los aficionados que se han quedado sin la posibilidad de asistir a esta propuesta en la que Dorantes se presentará ante un nuevo instrumento en el universo sonoro del flamenco, el Clave ó Clavicémbalo. Una experiencia única dentro de la extensa agenda de la Bienal de Flamenco de Sevilla 2024, que se desarrollará entre el 11 de septiembre y el 5 de octubre.

Scarlattianas,

Rondaba el año 1730 cuando el flamenco se cuela en la Corte del Rey Fernando VI. Un tiempo en el que la música estaba circunscrita solo a determinadas clases sociales y se entendía como una actividad culta y de signo de distinción.

En 1729, el matrimonio de Mariìa Baìrbaras- de quien Scarlatti era profesor de Clave- con el heredero español al trono Fernando VI y el traslado de la Corona Española a Andalucía, lleva a Scarlatti a Sevilla hasta el año 1733. Scarlatti se queda tremendamente influenciado por la música de los gitanos durante su estancia en la ciudad lo que le lleva explorar los recursos tímbricos del clave como ningún otro compositor hasta la época.

El músico que entendió los elementos hispanos de Scarlatti de forma más completa fue Manuel de Falla, quien pensaba que había que considerar a Scarlatti “el compositor más clásico de la música española”. Falla se percató de que los únicos elementos españoles usados por los compositores habían sido algunos ritmos y ciertas formas de cadencia, pero que la armonía apenas había sido reconocida por ninguno, excepto por Scarlatti. Esta armonía no se refiere al conjunto de España, sino en la manera de tocar la guitarra en el flamenco y que Scarlatti descubrió en esos 4 años de hechizo andaluz e incorporó a sus sonatas, creando un estilo único y extremadamente innovador y extraño para la época.

Dorantes, gitano de Lebrija, conoce la obra de Scarlatti, compositor clásico Italiano, cuando es estudiante de piano en el Conservatorio Superior de Música de Sevilla y ya entonces, le llamaba la atención el reconocer rasgos propios flamencos en algunas de sus sonatas, cuando aún no había muchas publicaciones que hablaran de ello. Para Dorantes, Scarlatti, ha sido el primer compositor que supo integrar a la perfección en su propio estilo, las cadencias y melodías flamencas sin citarlas explícitamente sino haciéndolas suyas, visualizando tonalidad y modalidad como una forma única y llevando por tanto parte del flamenco que escuchó y le maravilló, de alguna manera a la música clásica estructural para el reconocimiento y admiración de los compositores de la época, que sin duda, no contemplaban a esta música del pueblo llano, como música con identidad nacional.

Dorantes ha venido realizando un trabajo de bastante similitud conceptual con Scarlatti, en sus obras no fusiona estilos, en su lugar prioriza la integración de elementos que no desvirtúen el fondo aunque si la forma. No introduce lo aprendido durante sus estudios en sus obras flamencas, sino que logra forjar una unidad entre ambos mundos, de forma que en piezas repletas de recursos clásicos, el flamenco explota en el corazón del oyente.

Dorantes, uno de los compositores flamencos menos convencionales de su época, retoma estas obras años después, desde una perspectiva de raíz flamenca y conocedor de que fue ésta, la cultura musical a la que pertenece, la fuente de inspiración que a Scarlatti le posibilitó alcanzar una riqueza sonora desconocida en el barroco. Un tributo a Domenico Scarlatti con Dorantes al clave, al piano y pianos electrónicos, y una formación de cante, contrabajo y percusión, para un viaje en el tiempo, un paseo por la historia, una radiografía sonora del flamenco en 1730, eso sí, no se trata de desempolvar un partitura y reinterpretarlas tal cual, sino retornar sus obras al siglo XXI para incorporarlas a nuevas creaciones de un músico flamenco. Una forma de inspiración al revés que suena muy interesante.
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