- Equilibrio en la alimentación: En lugar de caer en dietas extremas o milagrosas, es mejor optar por una alimentación equilibrada. Es necesaria la inclusión de variedad de alimentos, colores y nutrientes en las comidas diarias. El cuerpo necesita un conjunto diverso de nutrientes para funcionar de manera óptima.
-Mantenerse activo: Además de cuidar la alimentación, no hay que olvidar la importancia de mantenerse activos. Caminar, practicar deportes o simplemente hacer ejercicio regularmente no solo beneficia al cuerpo, sino también a la mente. La actividad física es clave para el bienestar integral.
-Cuidado de la salud mental: Recordemos que la relación con la comida también tiene un impacto en la salud mental. Si se siente abrumado/a, no dude en buscar apoyo. Hay profesionales y recursos disponibles para ayudarle a manejar la presión social y a establecer hábitos saludables y sostenibles.