La misa estuvo presidida por Luis María Jiménez de Cisneros, director diocesano del Apostolado de la Oración, y fue concelebrada por Nelson Borges, capellán del monasterio de la Visitación de Sevilla (salesas). Al finalizar la ceremonia, los asistentes renovaron su consagración al Sagrado Corazón con la oración que compuso el cardenal Pedro Segura y Sáenz, gran devoto a esta advocación.
Durante su homilía, Jiménez de Cisneros expresó que “en este centro del complejo arquitectónico donde se encuentra la imagen de Cristo, a casi 50 metros de altura, con los brazos abiertos dispuestos a acoger a todo el que quiera acercarse a él, se han producido cientos de conversiones en los últimos años, porque el Sagrado Corazón de Jesús lo ha permitido”.
Además, durante la misa, el sacerdote Gabriel Sánchez, párroco de los Sagrados Corazones, administró el sacramento de la reconciliación.
Peregrinación desde las salesas a San Juan de Aznalfarache
A las nueve de la mañana, un grupo de guardias de honor y devotos del Sagrado Corazón iniciaron la peregrinación desde el monasterio de la Visitación, ubicado en la plaza de las Mercedarias, hasta el monumento en San Juan de Aznalfarache. Casi dos horas de recorrido en el que los peregrinos rezaron el santo rosario, entonaron cantos y difundieron la devoción al Sagrado Corazón. Al llegar al recinto participaron de una charla dirigida por Borges sobre la misión de los guardias de honor, “que no es otra que dar gloria, amar y reparar el corazón de Jesús”.
