Se cortaron cuatro orejas

Objetivo solidario cumplido en el Festival Taurino a beneficio de la Hermandad del Rocío de Triana y Fundación Alalá

El último festejo de la temporada taurina en Sevilla capital, se ha cerrado con el tradicional Festival benéfico. En esta edición la recaudación iba destinada a la obra social de la Hermandad del Rocío de Triana y la Fundación Alalá y han actuado el rejoneador Fermín Bohórquez, los matadores de toros José María Manzanares, Alejandro Talavante, Borja Jiménez, Pablo Aguado, Alfonso Cadaval y el novillero Mariscal Ruiz; que han lidiado reses de Fermín Bohórquez, El Pilar, Garcigrande, Domingo Hernández y Santiago Domecq.

Y precisamente el pobre juego de los toros y novillos corridos, no han propiciado alcanzar el éxito que en la taquilla se ha conseguido, al acabarse el papel y colgarse el “no hay billetes”. Ninguno de los, suponemos, seleccionados ejemplares han tenido la casta suficiente para prender la mecha del entusiasmo en los tendidos.



Abrió plaza el rejoneador, y uno de los organizadores del festival, Fermín Bohórquez, que volvía a subirse a un caballo para rejonear en público. El jerezano ha estado comprometido con alcanzar el lucimiento, aunque no siempre lo ha conseguido en una faena de más a menos. Su labor la ha basado en el tercio de banderillas clavando a dos manos y no siempre ha podido dejarlas arriba, cayendo en varias ocasiones al suelo. El último par resultó el mejor. Terminando con dos cortas y un rejón trasero que ha tirado sin puntilla al noble y soso toro, por cierto, de su ganadería. Oreja.



José Marí Manzanares de nuevo ha hecho el paseíllo en el coso del Baratillo. El alicantino es un asiduo en la cartelería sevillana y siempre que cuentan con él, aquí está dispuesto para colaborar en lo que pueda. En esta ocasión, como en las últimas, el triunfo no ha llegado. El toro de El Pilar ha sido noble, flojo y reservón y Manzanares ha estado pulcro, como siempre, pero sin terminar de apostar. Demasiado rígido. Con la espada tampoco ha andado muy fino. Saludos desde el tercio.



El tercero de la tarde ha llevado el hierro de Garcigrande. Un toro poco ofensivo de cuerna, además de feo de hechuras y, lo peor, muy manso. A Alejandro Talavante sin embargo no le ha importado todo ese cúmulo de defectos y se ha arrimado todo lo que ha podido para sacarle lo más meritorio de la tarde. Ya con el capote dejó un buen quite por delantales, muy templados. Y con la muleta su labor ha consistido en atacarle continuamente e intentar espolearlo, porque el toro no quería guerra. Todo lo contrario, quería que lo dejaran en paz. Pero Talavante no estaba por esas y le ha sacado muletazos de mérito, citando muy en corto, pegado a tablas y ligándole los pases en cuanto se descuidaba. La última serie de rodillas fue de entrega total. Y la estocada final la recetó en la misma puerta de chiqueros. Oreja con fuerte petición de la segunda.



Borja Jiménez llegaba sustituyendo al lesionado Morante de la Puebla y precedido del éxito del pasado domingo en Madrid con “los victorinos”. Y como suele ser en estos casos, esperando la reválida del triunfo en la Maestranza, aunque sea en un festival. El torero ha medido mucho en varas al de Domingo Hernández, tanto que los dos picotazos que le ha recetado Tito Sandoval han sido de poco castigo. El toro se ha venido arriba y ha tenido un comportamiento bravucón. Con unas embestidas en las que había que estar muy despierto. Y Borja Jiménez ha estado muy firme con él. Ha comenzado con unos doblones poderosos y luego ha alternado las dos manos, siempre bajándole la muleta para intentar que descolgara. A veces, buscando el sometimiento, retorcía de más su cuerpo y el resultado no era muy estético. Aun así, ha evidenciado sus ansias de no apearse de este tren, que si sigue así puede llevarle muy lejos. Terminó con manoletinas y estocada caída. Oreja.



Pablo Aguado ha sido el más damnificado de la tarde. Su toro, de nuevo de El Pilar, ha sido un descastado total. Medio se ha comportado en los primeros tercios. Pasaba por allí, sin entrega ninguna. Pero cuando Aguado se quedó a solas con él, se acabó lo que se daba. El toro se echó varias veces y ya era imposible hacerle nada lucido. Tanto es así, que antes de poderle entrar a matar lo intentó apuntillar su subalterno Mellinas. Lo mejor de su actuación, el quite por chicuelinas.



Alfonso Cadaval, muy rociero y muy trianero, brindó su actuación a sus padres y posiblemente sea lo más lucido que pudo conseguir. Su novillo, de Fermín Bohórquez, tampoco a estas alturas de la tarde quiso remontar el ambiente. El aburrimiento reinaba en los tendidos y el toro ha resultado otro descastado, sin fuerza y que se defendía con cabeceos molestos y continuos. Por lo que Cadaval lo ha intentado, pero con poco convencimiento de poder sacar algo positivo. Estocada y saludos.



Y en séptimo, y último lugar, ha actuado Mariscal Ruiz. Novillero sin picadores, aunque en esta ocasión se las ha visto con un utrero de Santiago Domecq. El novillo tampoco ha hecho honor a su ganadería, ni por sus hechuras ni por su comportamiento, soso, ayuno de clase y reservón. El de Mairena del Aljarafe, hasta casi mediada la faena de muleta, no había estado como es él habitualmente. Su frescura y desparpajo no afloraba. Y eso que en banderillas los aficionados volvieron a entrar en el festejo, muy dispersos a estas alturas del festejo. Pero es lógico, no es lo mismo verte rodeado de compañeros de tu misma edad y en igualdad de condiciones; que verte rodeado de matadores de toros. Pero Mariscal Ruiz brindó a su abuelo, el iniciador de la saga de los Mariscal, y se vino arriba. Y a base de sobar y consentir al toro, logró entrarlo en la muleta y por ende interesar al respetable. Los toques firmes, pero a la vez suaves, obraron el milagro. Y los muletazos surgieron a base de aguante y valor, sin inmutarse en los parones y miradas que le regalaba el novillo. Pinchazo y estocada. Y oreja tras aviso de premio final.



FICHA DEL FESTEJO
Domingo 15 de octubre de 2023. Plaza de toros de la Real Maestranza de Sevilla. 29º festejo de temporada. Festival Taurino a beneficio de la obra social de la Hermandad del Rocío de Triana y la Fundación Alalá. Lleno de “No hay billetes” y temperatura agradable.

Cinco toros y dos novillos (6º y 7º) de distintas ganaderías, desiguales de presentación y de poco lucimiento. 1º FERMÍN BOHÓRQUEZ, noble y soso; 2º EL PILAR, flojo, noble y reservón; 3º GARCIGRANDE, manso y rajado; 4º DOMINGO HERNÁNDEZ, bravucón; 5º EL PILAR, descastado y sin raza; 6º FERMÍN BOHÓRQUEZ, deslucido y parado y 7º SANTIAGO DOMECQ, muy reservón y sin clase.

FERMÍN BOHÓRQUEZ (rejoneador): rejón trasero y caído (oreja).
JOSÉ MARI MANZANARES: tres pinchazos, bajonazo atravesado y un descabello (saludos desde el tercio).
ALEJANDRO TALAVANTE: estocada (oreja con petición de la segunda).
BORJA JIMÉNEZ: estocada caída (oreja).
PABLO AGUADO: tendida caída (saludos desde el tercio).
ALFONSO CADAVAL: estocada trasera (saludos desde el tercio).
MARISCAL RUIZ: pinchazo y estocada (aviso y oreja)

La Maestranza estaba engalanada con detalles rocieros. Antes del comienzo del festejo hicieron un despeje simbólico seis tamborileros. Tras el paseíllo se rezó la Salve Rociera con vivas finales a la Virgen del Rocío. Terminando con el Himno Nacional interpretado por la Banda del Maestro Tejera.
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