Lleno y mucho calor

Pablo Aguado corta una oreja y reverdece la ilusión en la primera de la Feria de San Miguel

Dos meses y dos días han transcurrido desde que se cerraran las puertas de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla, allá por el jueves 27 de julio con la final de los tres novilleros del “XXXVI ciclo de promoción de nuevos valores”, hasta este viernes 29 de septiembre en la que han vuelto a abrir para la celebración de la primera de las tres corridas programadas en la tradicional feria de San Miguel.

El ambiente era espectacular, con el “no hay billetes” colgado en las taquillas y con un calor que nos retrotraía a la pasada Feria de Abril donde también predominaron las altas temperaturas. Y para esta reapertura se anunciaban toros con los dos hierros de la “Casa Matilla”, Hermanos García Jiménez y Olga Jiménez para Morante de la Puebla, José Mari Manzanares y Pablo Aguado.

Pero la corrida no ha terminado de funcionar, bien es cierto que todos los toros han sido nobles y no han puesto en grandes apuros a los toreros, pero les ha faltado fuerza y casta en el último tercio para poder mantener el mismo interés que había, a la hora del comienzo, en los aficionados y que al final salían también desfondados entre el aburrimiento y la calorina.

Aun así ha habido detalles a tener en cuenta. Como el buen momento que ha mostrado el sevillano Pablo Aguado con su primero. Un toro al que cuajó en los dos quites que participó, el suyo toreando por chicuelinas, y en el de Morante que no entró en su turno, toreando por verónicas. En ambos palos volvió a recordar la mejor versión de su torero, erguido, sacando los brazos en la medida justa y componiendo con mucho empaque. Luego con la muleta también estuvo muy derecho y toreó muy despacio. Casi acariciando. Con armonía y gusto, dejando un trincherazo y un cambio de mano de cartel. Todo en el tercio, ayudando al noble toro que estaba muy justo de fuerzas y al que cuidó hasta que se agotó. Luego cambió la espada y quiso rematar con ayudados por alto rodilla en tierra que resultaron más enganchados por la falta de recorrido. Mató de estocada y cortó una merecida oreja.

Con el sexto de la tarde, un toro que debió ser devuelto por su flojera más que manifiesta, no pudo redondear la tarde y todo resultó insulso. Pero su paso por este San Miguel ha devuelto la ilusión y la esperanza en este torero que poco a poco va recuperando su sitio en el escalafón y en el corazón de la afición sevillana.

A Morante lo recibieron con una gran ovación, que compartió con sus compañeros de terna, antes de que saliera el primero de la tarde. Un reconocimiento al detalle de reaparecer en este final de temporada en el coso del Baratillo, en un último tramo en el que su lesión en la muñeca le está haciendo caerse de más de un cartel. Al de La Puebla, a primera vista, no se le notó su lesión y estuvo queriendo con su primero durante lo poco que duró. Dejando un saludo a la verónica de nota, sobre todo la segunda parte del recibo, con unas verónicas y dos medias de excelente ejecución. Luego dejó un quite con tres garbosas chicuelinas, pero el toro perdió las manos y puso en alerta de que no duraría mucho. El comienzo fue por estatuarios pegado a las tablas, muy hierático, para salirse hacía el tercio y continuar la faena que no fue a más por lo a menos del de Matilla. Un cambio de mano y poco más.

El cuarto, un colorado chorreado ojo de perdiz, derrochó nobleza y metía el morro con clase, pero entre lo justo de fuerza que estaba, y los dos puyazos que le dieron sin ton ni son, acabaron con las expectativas de triunfo del cigarrero. El domingo será.

Y José María Manzanares, como casi siempre, se llevó el toro de la corrida. El segundo, “Principal” por nombre, y que hacía el avión en sus embestidas yendo tan lejos como lo llevaba la muleta del diestro. En los primeros tercios el toro no dijo mucho, incluso se coló feamente por el izquierdo en el recibo, pero en la muleta rompió a embestir con transmisión y recorrido, con ese punto de mansedumbre encastada que hace que todo lo que le hagan a estos toros tenga importancia, y donde lo más destacable de la labor del alicantino consistió en tres cambios de manos muy eléctricos que deslumbraron a los abochornados tendidos, pero que no lograron entrar del todo en la faena, muy ligada, pero mecánica y con mucho hueco entre toro y torero. De todos modos si hubiera matado a la primera le hubieran pedido la oreja, ya que este torero es de los predilectos de la afición sevillana.

Con su otro toro, también noble pero desclasado y reservón, Manzanares lo volvió a intentar a su manera y en éste sí que no pudo concretar nada lucido. Lo mejor la estocada.



FICHA DEL FESTEJO
Viernes 29 de septiembre de 2023. Plaza de toros de la Real Maestranza de Sevilla. 22º festejo de abono. 1ª corrida de toros de la Feria de San Miguel. Lleno de “No hay billetes” y un calor de pleno verano.

Toros de HNOS. GARCÍA JIMÉNEZ (1º, 2º y 3º) y OLGA JIMÉNEZ (4º, 5º y 6º): bien presentados, igualados en hechuras y en nobleza y a los que faltó fuerza y casta en líneas generales. El mejor el 2º de la tarde, encastado y con transmisión en sus embestidas, ovacionado en el arrastre.

MORANTE DE LA PUEBLA (encarnado e hilo blanco): pinchazo hondo arriba (silencio); pinchazo y estocada (silencio).
JOSÉ MARÍA MANZANARES (corinto y oro): pinchazo y estocada (saludos desde el tercio); pinchazo y entera desprendida (silencio).
PABLO AGUADO (verde botella y oro): estocada (oreja); casi entera atravesada (silencio).
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