Según explica Sergio Toro, concejal de Festejos del ayuntamiento de Mairena y rociero, “para nosotros es un momento muy especial porque cuando aún no éramos hermandad filial, veníamos hasta Villamanrique con nuestro Simpecado y lo dejábamos aquí antes de continuar caminando hasta la ermita, de modo que la vinculación con este municipio y con su hermandad es muy cercana, la consideramos nuestra hermana mayor”.
Los peregrinos llegan este año con la emoción a flor de piel tras haber encontrado, en contra de las previsiones, agua en el Vado del Quema, lo que ha permitido que “la gente haya disfrutado mucho y que se hayan celebrado los tradicionales bautizos”.
La buena temperatura está acompañando a la comitiva, que no ha registrado ninguna incidencia en lo que va de camino, y que acomete ahora la parte más dura del trayecto. Una etapa que se hace más fácil gracias a la fe de quienes, como asegura Toro, “esperan con ilusión ese momento tan ansiado en el que la Virgen nos recibe en su ermita y más adelante, el lunes de madrugada, ese otro en el que somos nosotros quienes la recibimos a Ella”.
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