Se trata de la obra que la Empresa Pagés ha regalado esta temporada a sus abonados

Un Salón de Carteles lleno hasta la bandera fue el perfecto escenario para la brillante presentación oficial del libro ‘El toro en la palabra’, una obra que reúne poemas y otros textos de temática taurina que el prestigioso autor de Aznalcázar (Sevilla) ha escrito a lo largo de su carrera.

El acto fue un magnífico pórtico literario para la temporada taurina que está a punto de empezar en Sevilla y a él se sumaron personalidades del toreo y la cultura como Juan Antonio Ruiz ‘Espartaco’, el catedrático Rogelio Reyes Cano y el cantante Manuel Lombo, entre otros. También estuvieron presentes el delegado del Gobierno de la Junta de Andalucía, Ricardo Sánchez, la alcaldesa de Aznalcázar, Manuela Cabello, el alcalde de Gines, Romualdo Garrido, y el director financiero de la Fundación Caja Rural del Sur, Manuel Ruiz Rojas.

Participaron en la presentación el prestigioso periodista de informativos Telecinco Pepe Ribagorda, encargado de glosar la obra; el arquitecto Paco Somoza, autor de las acuarelas y apuntes que la ilustran, y el empresario de la plaza de toros sevillana, Ramón Valencia. A todos les fue dando paso el periodista José Enrique Moreno, que fue el encargado de conducir el acto y explicar la importante aportación a la cultura taurina que viene realizando la empresa Pagés a través del mecenazgo de obras literarias taurinas que ha entregado de forma gratuita a sus abonados en las últimas temporadas: “Este es el cuarto libro en el que colabora Sevilla Pagés con la intención de poner su grano de arena en la difusión de la Tauromaquia”, explicó.

El primero en tomar la palabra fue el empresario de la plaza de toros de Sevilla, Ramón Valencia, que explicó cómo había surgido la idea de hacer este libro en un encuentro que tuvo con el autor en el que le animó a recopilar sus textos taurinos. A continuación, el arquitecto y pintor Paco Somoza, destacó el privilegio de colaborar con Antonio García Barbeito en este proyecto y ensalzó la aguda y profunda mirada que el escritor realiza sobre el mundo del toro en este libro.

Ribagorda
Por su parte, Pepe Ribagorda, autor del brillante prólogo de ‘El toro en la palabra’, reconoció haber padecido insomnio ante la responsabilidad de escribir la introducción al libro de Barbeito y fue contundente al definirlo: “’El toro en la palabra’ está llamado a ser una obra maestra. Es muy difícil constatar tanta sensibilidad y tanta verdad en una creación literaria. La literatura y la tauromaquia, dos expresiones culturales de primerísimo nivel, se funden en placenteras sensaciones para el lector”.

El periodista, que previamente había repasado los principales contenidos de la obra, concluyó que “tras leerla, sientes más y mejor al toro, comprendes la magnitud de algunos mitos del toreo, percibes hasta la espiritualidad de la Maestranza, un templo sagrado de lo taurino, y te impregnas de ritual”. A lo que añadió una recomendación: “Es un libro que aficionados y hasta los que ven con indiferencia la Fiesta deberían leer. Seguro que muchos indocumentados prejuicios se les caerían”.

Barbeito
Antonio García Barbeito fue el encargado de cerrar el acto ofreciendo un personal y profundo acercamiento a su obra. Comenzó por desvelar sus primeros contactos con lo taurino en la casa de familiares del torero Carancha, en el campo bravo de su Aznalcázar natal y en sus primeras incursiones en la poesía. “El poeta se siente gente del toro cuando quiere explicar eso del amor”, dijo antes de recitar un poema sobre ese tema.

Barbeito mostró su amor “por el toro de España, por las ganaderías, por la razón de vida, pan y vida, que lleva el toro en su frente. Hay hombres aquí que han sostenido, y sostienen, la durísima verdad del toro”, en referencia a los toreros presentes, entre ellos Juan Antonio Ruiz ‘Espartaco’.

En su discurso -al igual que en el libro- el autor hizo hablar al toro: “Soy el toro de España. Mi divisa es España con todas sus banderas, con todas sus palabras, con todos sus acentos. Y mi plaza es España, redondo mapa mío sin puntos cardinales. España es esa patria redonda de mi sangre, esa tonsura urbana que tienen las ciudades con órdenes taurinas. Yo podría vivir domesticado, esclavo de carretas y yugos; yo podría vivir en las estampas del viejo ayer –retrato de mi ausencia- sin gloria y sin defensa”.

Y defendió con énfasis el lenguaje que nace del toreo: “Sepan que, si prohíben la tauromaquia, dejan tartamuda la lengua que lleva siglos expresándose con giros jamás desahijados del mundo del toro ni de la calle. El toro ha aportado al español una riqueza no sólo eufónica, sino básica en la palabra diaria, la palabra que usan incluso muchos de los que pudieran estar en contra de las corridas de toros”.

Todo esto antes de prologar de forma luminosa la inminente llegada de la temporada taurina en Sevilla: “La luz llama ya con los nudillos de la impaciencia en las puertas de abril. La Sevilla taurina ya come de sus carnes”, dijo justo antes de explicar de manera magistral y poética el paso de transcurre en la ciudad entre “una marcha procesional y un pasodoble, entre un manto y un vestido de luces, entre un “armao” y un alguacilillo…”. Barbeito recitó su poema ‘Otra pasión’, que concluye con estos versos: “No le busque la razón / a tan distintas pasiones. / Ni se dé a la reflexión / para entender inflexiones. / Que en Sevilla, las razones / están en el corazón”. Y el repleto Salón de Carteles le ovacionó largamente puesto de pie.
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