El Archivo Histórico Provincial de Sevilla, dependiente de la Consejería de Turismo, Cultura y Deporte, dedica el Documento del Mes -actividad impulsada para dar a conocer los fondos documentales de la institución archivística sevillana- correspondiente al mes de enero a dos documentos que ilustran facetas de la vida intelectual y personal de Benito Arias Montano (1527-1598), uno de los más ilustres humanistas españoles del siglo XVI.
Ambos documentos, que se conservan en el fondo de los protocolos notariales del Archivo Histórico, han sido presentados por el director general de Patrimonio Documental y Bibliográfico, Juan Cristóbal Jurado, y el director del Archivo Histórico Provincial de Sevilla, Braulio Vázquez.
El primero de ellos, fechado en diciembre de 1593, hace referencia a la obligación de celebrar una fiesta perpetua del Santísimo Sacramento del colegio en el Ángel de la Guarda de Sevilla a cambio de la donación de un ejemplar de la Biblia Regia realizada por Juan Díaz de Alfaro, un documento que constata la temprana circulación de la Regia en la ciudad. En este sentido, cabe recordar que Arias, que estuvo en Flandes como director y especialista al frente de la Biblia Políglota de Amberes -conocida como la Biblia Regia-, realizó aportaciones a esta obra, generando la polémica con teólogos, que la veían con desconfianza por utilizar originales hebreos y arameos.
Arias Montano estuvo estrechamente vinculado a Sevilla, de ahí que le gustara firmar sus escritos como ‘Hispalensis’. Fue en esta ciudad donde inició sus estudios en latín, en el colegio de Santa María de Jesús, trasladándose en 1548 a la Universidad de Alcalá. Tras pasar una temporada en Alájar, en la Sierra de Aracena (Huelva), uno de sus lugares predilectos, y donde se localiza la Peña de Arias Montano, continuó sus estudios en Salamanca. Una vez ordenado sacerdote, en 1559, solicita su admisión en la Orden de los Caballeros de Santiago, debiendo iniciar el expediente de ‘limpieza de sangre’ correspondiente.
Su fama y aptitudes le procuraron rodearse de personalidades ilustres, cultivando la amistad de lo más granado de la vida intelectual y artística del momento, conforme al gusto por las tertulias que cultivaban otros literatos y humanistas. Entre sus amistades figuran Pedro de Villegas Marmolejo, con quien compartía la pasión por el mundo clásico, el humanista Sebastián Fox Morillo, el canónigo Pedro Vélez de Guevara -su protector- o el pintor Francisco Pacheco, que plasmó su retrato en su obra ‘Libro de descripción de verdaderos retratos ilustres y memorables varones’.
En 1553, el prior de las ermitas del Arzobispado de Sevilla, Pedro Vélez, le cede la ermita de Nuestra Señora de los Ángeles en Alájar en la Peña de Alájar, donde se retiraría procurando llevar una vida ascética. Sus últimos años trascurrieron entre Sevilla y Aracena, donde fundó una cátedra de latín y se rodeó de intelectuales y eruditos que acudían a su casa del Campo de Flores. En la actualidad, sus restos descansan en el Panteón de los Sevillanos Ilustres de Sevilla.
La actividad del Documento del Mes o ‘Documés’, organizada por el Archivo Histórico Provincial de Sevilla, ofrece la posibilidad de conocer una selección de documentos de entre los fondos documentales conservados en el centro, y que son elegidos por su singularidad o por su temática coincidente con algún hecho histórico, social o cultural.
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