El documental, cuyo guion y dirección firma José Antonio Ortiz Sabido, analiza el estuario del río Guadalquivir a través de los ojos de Miguel, un pescador que comparte una jornada de trabajo con sus compañeros Rafael y Kinino. Miguel pertenece a una joven generación de riacheros, considerados por las administraciones “pescadores alegales”, aunque sus capturas tienen alto valor en las comunidades ribereñas locales.
En el año 2004, en el estuario del río Guadalquivir, la Administración Pública traza una línea sobre un mapa que divide sus aguas. Hacia el oeste, aguas marítimas, hacía el este, aguas continentales, no existiendo en Andalucía la figura legal del “pescador profesional de aguas continentales”. Desde ese momento, cientos de pescadores y mariscadores se encuentran en un limbo legal, que es el que se expone en este interesante trabajo audiovisual.
