Gustó su clasicismo

Vuelta al ruedo para Álvaro Burdiel en su debut en la Maestranza sevillana

Continúa el abono taurino en el ruedo hispalense, donde este domingo se celebró el segundo festejo del ciclo de novilladas picadas, con el rondeño Pablo Páez y los sevillanos González-Écija y Álvaro Burdiel anunciados junto a novillos de Villamarta.

Álvaro Burdiel debutaba en la Maestranza y estuvo a punto de tocar pelo en el primero de lote. El sevillano de nacimiento, pero madrileño de adopción ya que se forjó como torero en la Escuela Taurina José Cubero “Yiyo”, gustó en su presentación con unas formas muy clásicas y un concepto muy puro del toreo.



Así lo evidenció en el recibo al tercero de la tarde, rodilla en tierra, con lances muy plásticos, para a continuación dibujar varias verónicas igual de cadenciosas. Ya con la muleta su comienzo también fue de rodillas, por ayudados por alto, rematados con un pase de la firma ligado a uno de pecho que metieron en la faena al respetable rápidamente. El trasteo no logró alcanzar mayores cotas, ya que el novillo era reservón y no propiciaba una faena de mayores cimas, aun así Burdiel dejó alqún que otro trincherazo y cambio de mano de muy buena factura. Cuadró al toro con muletazos por alto y por bajo muy entonados. Se tiró a matar y la espada cayó trasera y ligeramente desprendida lo que hizo que no cortara oreja pero si que diera una vuelta al ruedo.

En el que cerró plaza, de nuevo dejó buen sabor de boca aunque todo supiera a poco, ya que el novillo de Villamarta tuvo muy poca fuerza y todo lo que le hizo Burdiel fue a base de insistir y sacárselos de uno en uno. Casi toda la faena estuvo basada en el toreo al natural, al ser el pitón izquierdo el más claro. Falló con la espada, lo que no le privó de recoger una ovación desde el tercio. Lástima que el abono sevillano ya esté cerrado porque apetecería volver a verlo de nuevo y no esperar hasta el año que viene.



A Pablo Páez le tocó el novillo de Villamarta más exigente del sexteto lidiado, el primero de la tarde. Un burraco muy bien hecho, que tomó dos puyazos, y que fue codicioso en sus embestidas. El rondeño lo saludó con una larga a portagayola como carta de presentación de sus buenas intenciones. Pero no terminó de encontrar el acople. El novillo embestía con mucho brío y el novillero intentó templarlo en una faena larga que no terminó de romper. Saludó desde el tercio.

El cuarto de la tarde, fue un novillo deslucido, que se vino abajo en el último tercio, por lo que aquí sí que nada se podía hacer. Silencio.



Y Gónzález-Écija, que lidió el segundo y quinto, no pudo pasar de cumplidor. En su primero, un novillo flojo y noble que se defendía por su falta de fortaleza, evidenció su buena disposición y ganas de hacerle bien las cosas, sobre todo con la mano derecha. Un cambio de mano ligado a uno de pecho fue lo mejor. Saludó desde el tercio tras aviso.

Y con el quinto también estuvo muy dispuesto, pero el novillo cabeceaba en la salida de los pases, lo que no terminó de corregir el astigitano y fue lo que terminó de enfriar el ambiente. Silencio.



FICHA DEL FESTEJO

Domingo 29 de mayo de 2022. Plaza de toros de la Real Maestranza de Sevilla. 16ª festejo de abono. Novillada picada. Un tercio de plaza cubierta y temperatura agradable.

Seis novillos de Villamarta. Desiguales de presentación, 1º, 2º y 6º más terciados, y los otros tres con más cuajo. De juego también desigual, destacaron 1º y 5º.

Pablo Páez (ciruela y oro): estocada atravesada y dos descabellos (saludos); pinchazo y pinchazo hondo que basta (silencio).

Jaime González-Écija (rosa palo y oro): casi entera trasera y dos descabellos (aviso y saludos); pinchazo y estocada delantera (silencio).

Álvaro Burdiel (grana y oro) que debutaba en La Maestranza: estocada trasera (petición y vuelta al ruedo) y dos pinchazos y casi media (saludos).
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