Renovación y ampliación de la red RICA
Más de 3.000 kilómetros de autopistas de fibra óptica al servicio de la ciencia andaluza
Los usuarios domésticos, las empresas o las administraciones utilizan para el desempeño online de sus actividades y servicios la versión convencional de internet, desplegada y gestionada por los grandes operadores de telefonía. Pero al margen de esa red comercial existe una infraestructura de comunicación de alta capacidad, más avanzada, veloz y potente en la que la información viaja no en megabits sino en gigabits y cuyo acceso está restringido al público en general. Este 'súper internet' solo puede ser usado por la comunidad científica y académica andaluza.
Se llama RICA, el acrónimo de Red Informática Científica de Andalucía, y a través de un mallado de 3.100 kilómetros de fibra óptica y diez nodos o Puntos de Presencia (PdP) interconecta a las diez universidades públicas y a 45 centros y organismos también de naturaleza pública que desarrollan su labor en el territorio andaluz.
Gracias a ese despliegue y cobertura del mapa regional, con PdP en todas las provincias, sus miembros disponen de la conectividad avanzada y servicios de red necesarios para llevar a cabo su trabajo y colaborar entre ellos de forma remota.
RICA y los servicios que se prestan a través de ella son coordinados y gestionados por la Consejería de Transformación Económica, Industria, Conocimiento y Universidades, mediante el Centro Informático Científico de Andalucía (CICA), concebido para prestar servicios al sistema regional del conocimiento. Su relevancia actual resulta esencial para el impulso de la innovación en el ámbito académico y científico y para el desarrollo de la e-Ciencia en la comunidad.
Este soporte especializado afronta este año una mejora considerable de sus prestaciones gracias al convenio firmado a finales de 2021 entre la Consejería y la empresa pública Red.es, adscrita al Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital. En el marco de ese acuerdo, RICA modernizará su equipamiento, renovando los diez routers de los que dispone -uno por cada nodo-, que cuentan con un tamaño que multiplica por dos dígitos los que se instalan para uso doméstico y alcanzan más de 100 kilos cada uno.
Esa actualización permitirá multiplicar por hasta diez el ancho de banda del que disponen actualmente las universidades y centros de investigación, ya que la malla informática pasará de interfaces de conexión de diez gigabits por segundo, escalables hasta 40, a contar con una capacidad de hasta 100 gigabits por segundo. Si se compara con la fibra óptica que conecta a los hogares, el potencial es casi 160 veces mayor.
Con ese aumento de caudal, los datos incrementarán en volumen y viajarán a más velocidad, pudiéndose llegar a transmitir hasta 4.000 vídeos de ultra alta definición al mismo tiempo sin demoras ni almacenamiento en el búfer (memoria de almacenamiento temporal de información). De ello se beneficiarán los 2.129 grupos de investigación adscritos a las instituciones académicas e infraestructuras de investigación tan relevantes y singulares como el Instituto de Astrofísica de Andalucía, con sede en Granada, o el Observatorio Calar Alto, en Almería; así como los centros del CSIC. Todos estos agentes se encuentran a la vanguardia del conocimiento y tratan de dar respuesta a desafíos científicos claves para el progreso de la sociedad andaluza.
El proyecto de mejora también contempla el despliegue de dos nuevas extensiones de conectividad de fibra óptica: la primera, entre el nodo instalado en la Universidad Pablo de Olavide (UPO) y el punto ubicado en el CicCartuja, el centro del CSIC que tiene su sede en el Parque Científico y Tecnológico Cartuja. Y la segunda unirá el CicCartuja con la Universidad Internacional de Andalucía (UNIA). Con ello se cerrará el anillo de fibra a disposición de científicos e investigadores en la ciudad de Sevilla, ya que, en la actualidad, la red cuenta en la capital hispalense con dos ramales no conectados entre sí, de forma que su interrelación se suple con la red comercial.
La inversión total para ejecutar la intervención se ha estimado en más de 2,4 millones de euros, que se financiarán en su totalidad con los fondos Next Generation procedentes de la Unión Europea. La Consejería aportará, además, todo el trabajo técnico que será necesario realizar para culminar con éxito la renovación y ampliación de la infraestructura científica.
Con esta actuación se pretende alcanzar la mejor conectividad posible y ofrecer los servicios telemáticos de última generación, garantizando que todo el sistema funcione de forma segura, fiable y eficiente. Una exigencia que resulta imprescindible si se tiene en cuenta el colectivo que lo usa y el tipo de trabajo que llevan a cabo.
De hecho, entre otras funciones, esta red de comunicación da soporte a los supercomputadores, que resultan claves para casi todos los campos de la ciencia ya que permiten el manejo de una gran cantidad de variables y operaciones y pueden realizar todo tipo de simulaciones a través de la inteligencia artificial, con posibilidades casi inabarcables.
Conexión con investigadores del resto del mundo
Este internet para científicos andaluces se creó en 1989, en paralelo al nacimiento de la RedIRIS, la infraestructura que comenzó a desplegar un año antes el Gobierno central para dar servicio a la investigación en el territorio nacional. Andalucía se convirtió, por tanto, en una de las primeras comunidades que comenzó a mallar su territorio con esa finalidad.
Cuando surgió contaba con líneas de 9.600 bits por segundo, una capacidad que dista bastante de la que se alcanzará tras la adecuación proyectada. Con posterioridad, en 2001, evolucionó para lograr los 155 megabits por segundo, manteniéndose con esas prestaciones hasta 2009.
Para entonces, las posibilidades que ofrecía el equipamiento eran insuficientes y se hacía necesaria una nueva actualización que diese respuesta a los servicios que demandaba la comunidad investigadora. Por ello, en ese año se llevó a cabo el despliegue de RICA+, una tecnología de conexión que no solo daba soporte a la operativa diaria de las universidades y los centros de investigación, sino que permitía abordar proyectos de I+D que no se podían afrontar con los recursos disponibles en ese momento. Los enlaces interprovinciales poseían hasta un gigabit de capacidad.
En 2012 se diseñó y desplegó RICA con mejores y mayores servicios, imprescindibles para participar en proyectos avanzados de investigación. La red implementada en fibra óptica ya tenía los interfaces de conexión actuales de 10 gigabits, con posibilidad de llegar hasta los 40.
La estructura andaluza está diseñada con dos salidas al exterior, lo que posibilita su unión con la RedIRIS-NOVA estatal -la evolución de RedIRIS- y, gracias a esa interconexión, puede entrar en contacto con el resto de redes académicas y de investigación de los demás países europeos y con la paneuropea GÉANT. Incluso, esa relación supera la frontera europea y permite la colaboración con grupos de investigación de EEUU, Canadá o Japón y países de América Latina, Asia o África.
Ciencia
tecnología
autopista
fibra óptica
ciencia andaluza
renovación
ampliación
red
comunicación
RICA
ancho de banda
gigabits
Gobierno de Andalucía
Andalucía