Para no olvidar a las víctimas del terrorismo
Jóvenes de Tomares crean el primer mural de España dedicado a Miguel Ángel Blanco
Los alumnos han creado el primer mural en España dedicado a Miguel Ángel Blanco, en el que han volcado sus firmas y reflexiones
Las Fundaciones Miguel Ángel Blanco y Alberto Jimenez-Becerril, la Asociación Andaluza de Víctimas del Terrorismo (AAVT) y el Ayuntamiento de Tomares han organizado unas jornadas dirigidas a los jóvenes para que no caiga en el olvido el asesinato de Miguel Ángel Blanco y de ninguna de las víctimas del terrorismo.
Bajo el lema “25 años después, la Juventud de Tomares no olvida a Miguel Ángel Blanco”, en un emotivo acto en el que han participado los alumnos de 3º y 4º de la ESO y de 1º de Bachillerato de los Centros Educativos Néstor Almendros, Ítaca y Al-Andalus, el alcalde de Tomares, José María Soriano, ha manifestado que “me cuesta trabajo no emocionarme ante la foto de Miguel Angel Blanco que fue asesinado por ETA el 13 de julio de 1997, una persona inocente, concejal del PP en el pueblo de Ermua, cuyo único delito fue ser español, creer en sus ideas y no hacerle daño a nadie. Durante 50 años, ha habido mucho miedo en España, muchos héroes anónimos que como él han luchado por la democracia, 853 españoles asesinados vilmente a manos de la cruel banda terrorista de ETA como el concejal del Ayuntamiento de Sevilla, Alberto Jiménez-Becerril, su mujer Ascensión García Ortiz, o el Dr. Cariñanos, otorrino, que les mataron por la espalda o con un tiro en la nuca, porque esa era la forma de actuar de ETA”.
En este sentido, José María Soriano ha pedido y ha animado a los jóvenes a que “busquéis en Google qué fue ETA y qué supuso, para que conozcáis la historia de España que no es tan lejana. Yo no conocí la Guerra Civil, no conocí la Guerra de Cuba, pero sí conocí los 50 años de odio, de crueldad y de asesinatos que cometió la banda terrorista. Por eso, os pido que jamás olvidéis lo que hizo, fueron años de asesinatos, de sufrimiento y de terror. Sería el mayor bochorno y la mayor desidia como país y como nación”.
Cuesta ha explicado a los alumnos que “el terrorismo es una imposición violenta que no admite la crítica, ni el derecho a ser diferente, ni a opinar, que vulnera derechos, y que no cree en los derechos universales como el derecho a la vida. Matar a una persona, no es luchar por una idea, sino matar a una persona” y para que comprendan la dura realidad de las víctimas, ha animado a los alumnos a “escuchar los testimonios, ponerse en su lugar e imaginar cómo se sentirían”.
El relato en primera persona
Por su parte, el actual presidente de la Fundación Alberto Jimenez-Becerril, Alberto Jiménez-Becerril García, hijo de los servidores públicos asesinados por ETA Alberto Jiménez-Becerril y Ascensión García Ortiz, que era la primera vez que hablaba en un acto público, ha contado a los estudiantes su historia, cómo él vivió el asesinato de sus padres el 30 de enero de 1998, dejando huérfanos a tres hermanos de 3, 7 y 8 años, y a una familia destrozada. “Os cuento mi testimonio para que los jóvenes no olvidéis y sepáis qué fue ETA, una banda que tuvo absolutamente aterrorizada a la población durante 50 años con asesinatos diarios, y que buscaba la liberación del País Vasco, matando a los demás. Solo los cobardes, usan la violencia cuando se ven acallados. Por eso nuestra Fundación se asienta sobre tres pilares: memoria, dignidad y justicia, para que no olvidemos y podamos transmitir este mensaje a las futuras generaciones”.
Por su parte, la gerente de la Asociación Andaluza de Víctimas del Terrorismo, Martina Vidal, que vivió en primera persona la bomba que puso ETA en Sevilla el 28 de junio de 1991, ha destacado que “ninguna violencia está justificada” y ha contado a los estudiantes “las enormes secuelas psicológicas que arrastran las víctimas a lo largo de toda su vida”. El derecho de las víctimas a ser recordadas y a que sus familiares no sufran el no esclarecimiento de casi un tercio de los 853 asesinatos perpetrados por la banda (376 crímines sin esclarecer), han sido también ejes centrales del acto.
Finalizada la primera parte del homenaje, los alumnos se han congregado en la Plaza de la Constitución, frente al Auditorio Municipal, donde han creado el primer mural de España dedicado a Miguel Ángel Blanco, en el que han volcado sus firmas y reflexiones, y han guardado un minuto de silencio.