Los andamios instalados en las portadas oeste y sur del Palacio de Carlos V de la Alhambra, más que un contratiempo para los visitantes, se han convertido en una oportunidad única para seguir de cerca (y desde dentro) los trabajos de investigación, conservación y restauración que desde hace meses lleva a cabo el Patronato de la Alhambra y Generalife, de la Consejería de Cultura y Patrimonio Histórico.
Subir algo más de 14 metros por una estructura metálica con una escalera de obra de 80 escalones y enfrentarse al vértigo (quien lo sufra) también permite al más curioso conocer 'in situ' los 28 relieves que pueblan las dos portadas del palacio renacentista, obra de Pedro Machuca, con pedestales de alegorías y escenas de batallas, además de tondos, relieves de tímpanos y esculturas exentas que cuentan con una treintena de representaciones de figuras humanas.
Un excepcional trabajo escultórico que, una vez en las alturas, regala al visitante, además, alguna que otra curiosidad sobre su construcción como la utilización de juntas de plomo en lugar de morteros. El motivo: mejorar el comportamiento de los sillares frente al sismo o permitir un montaje y puesta en obra más rápido.
El Patronato de la Alhambra y Generalife ha iniciado un programa de visitas guiadas gratuitas a la primera restauración de las portadas oeste y sur del Palacio de Carlos V en su historia, un "abierto por obras" que ayudará a conocer el trabajo minucioso que realizan restauradores, arquitectos, historiadores, geólogos, químicos..., "para solventar en menos de un año las patologías de las portadas derivadas del tiempo y los factores ambientales", destaca la directora general del Patronato de la Alhambra y Generalife, Rocío Díaz.
La portada oeste es la principal del palacio y está construida para transmitir al espectador la figura del emperador Carlos V como si fuese el adalid de la Paz Universal. Está formada por tres tipos de piedra diferentes: caliza de Sierra Elvira, mármol blanco de Macael y serpentina verde del Barranco de San Juan. La portada sur, también conocida como de la Emperatriz, está compuesta únicamente por caliza de Sierra Elvira y destaca su gran ventanal a modo de serliana.
La intervención en las portadas, que cuenta con una inversión de más de 820.00 euros, financiados por fondos europeos FEDER, es "prioritaria" por su estado actual de conservación, además de "una oportunidad para establecer los criterios y metodologías de intervención específicos, de modo que en caso de un nuevo trabajo no haya que empezar desde cero", reconoce Díaz.
El objetivo, según la directora general del Patronato de la Alhambra y Generalife, "es preservar lo original en todo momento y ejecutar dichos criterios en todos los tratamientos, para devolverle su integridad física y proporcionarle una lectura correcta, sin recurrir a reconstrucciones ni añadidos de elementos nuevos o innecesarios".
Con este espíritu de intervenir lo esencial, lo mínimo necesario para no desvirtuar el sentido de la obra, y utilizando los métodos más cuidadosos y los productos más adecuados, "hasta el momento se ha procedido a la limpieza superficial de polvo y depósitos de ambas portadas, mediante brochas y cepillos suaves y la ayuda de aspitración y aire a presión, retirándose acumulaciones de tierra, depósitos ambientales, detritus de aves... Esta actuación está permitiendo, además, la desinfección biológica y la retirada de líquenes, musgos, hongos, algas y plantas vasculares", explica la jefa del departamento de Restauración, Elena Correa.
La limpieza es uno de los procesos de restauración más importantes que se está llevando a cabo en ambas portadas porque, por un lado, "tenemos pátinas formadas por la disolución de la piedra y la aportación de material ambiental y por otro, se ha identificado la aplicación de pátinas artificiales, que estamos ahora mismo estudiando", apunta Elena Correa.
"Esto nos está permitiendo planificar procesos de limpieza más adecuados al material que se desea eliminar y conservar. Se están ensayando metodologías de limpieza que combinan medios mecánicos como la proyección de abrasivos o el uso de microcinceles con métodos físicos como el uso del láser de Neodimio Yag o químicos con sistemas acuosos gelificados. De esta manera, se consigue un sistema de limpieza gradual, detallado y específico para cada estrato que se desea retirar", detalla la jefa del departamento de Restauración de la Alhambra.
En esta primera fase de intervención, "se han sellado asimismo pequeñas fisuras para frenar la entrada de agua descontrolada al interior de la piedra, y con ello evitar que el material siga disolviéndose y formando nuevas costra de carbonatación", cuenta Pilar de Hoyos, arquitecta responsable de la empresa Ártyco, encargada de esta intervención.
Paralelamente a estos trabajos, se continúa con el estudio de los factores de alteración y las patologías que provocan su deterioro. "Unos trabajos que nos ayudarán a comprender cómo se comportan las portadas ante los agentes de deterioro, con el objetivo de diseñar una metodología de intervención menos invasiva y más especializada", reconoce la jefa del departamento de Restauración de la Alhambra.
Estos estudios se apoyan en técnicas de análisis de laboratorio que requieren la extracción de muestras para la caracterización de los materiales originales y de alteración, junto con otros estudios realizados 'in situ' como el termográfico, "para distinguir patologías causadas por el agua, el examen de las escorrentías con luz ultravioleta o la monitorización de parámetros ambientales, entre otras", aclara Pilar de Hoyos, quien entiende la conservación de las portadas del Palacio de Carlos V como un "todo", "de ahí que cada uno de los elementos estén siendo analizados, valorados e intervenidos con los mismos criterios generales de conservación, con independencia de su consideración estética, constructiva o estructural".
Se está tratando con delicadeza y sensibilidad cada vestigio del pasado, respetando la huella de su propia historia, los desgastes, el envejecimiento y oxidación de los materiales, las pequeñas abrasiones, las aristas desgastadas, los morteros pulidos y romos a causa del uso... La suma de todos estos pequeños matices es el testimonio del tiempo vivido y es lo que se pretende mantener para ofrecer la contemplación de una obra auténtica. Las portadas oeste y sur del Palacio de Carlos V de la Alhambra están, sin duda, ante su primer gran examen.
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