Palomares del Río continúa con la difusión de su rico patrimonio histórico y artístico poniendo el foco, en esta ocasión, sobre sus haciendas. Y es que, en los siglos XVIII y XIX, el municipio vivió una época de prosperidad, y sus haciendas reflejaban el estatus de sus propietarios.

Durante este periodo, Palomares fue parte del próspero Aljarafe sevillano, una región reconocida por su riqueza agrícola, especialmente en la producción de aceite de oliva. En la población, surgieron numerosas haciendas y casas señoriales que no solo eran centros de producción, sino también auténticos palacios rurales que simbolizaban la posición social de sus dueños.

La Hacienda Ulloa, construida a finales del siglo XVII, es uno de los mejores ejemplos de este legado. Con su molino de aceite y su torre de contrapeso barroca, hoy alberga la Casa de la Cultura de Palomares del Río, manteniendo viva su historia.

La Hacienda de Córdoba, por su parte, con orígenes en la época hispano-musulmana y una nave de molino del siglo XVI, es otro testimonio de la continuidad histórica de Palomares y de su conexión con el cultivo de olivos.

Estas haciendas, símbolos de aquella época próspera, ayudaron a definir el paisaje cultural de Palomares del Río y siguen siendo parte fundamental de su patrimonio y de su identidad.
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