“Por su misión excepcional en la obra de la salvación, por ser la Madre de Jesucristo, porque ser verdaderamente Reina”. De esta manera justificaba el arzobispo la decisión de coronar canónicamente a la Virgen de la Sangre, referente devocional de miles de hervenses.
En su homilía, monseñor Saiz se detuvo en el trasfondo familiar de una devoción que ha pasado de padres a hijos. Recordó la misión que tenemos “en la vida, en el mundo, en la Iglesia”, y la ayuda que recibimos de María Santísima de la Sangre para “cumplirla con fidelidad”.
“Por una sociedad más justa y fraterna”
Hizo también un llamamiento a la solidaridad, y a “trabajar por una sociedad más justa y fraterna”. En la parte final de su alocución, el arzobispo de Sevilla calificó de histórica la jornada, y explicó el significado de una coronación: “Coronar una imagen de María significa aceptarla como Reina de nuestra vida, y acogerla en nuestro corazón como Reina y Madre”.
Concluyó con una invitación a contemplar la imagen de la Virgen: “Ella os conoce, os entiende, os espera, os escucha; ella será vuestro consuelo y esperanza. Cuando estéis cansados y agobiados, ella os reconfortará; cuando el sufrimiento y la oscuridad se hagan presentes en el camino, ella será vuestra luz y guía; cuando estéis alegres y las cosas vayan bien, ella reforzará aún más el gozo y la esperanza”.
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