La localidad sevillana de Aznalcázar abría, un año más, su puertas a las Hermandades que a lo largo de estos días, desde que se inicia el camino hacia El Rocío, pasan por su término municipal haciendo parada obligada en uno de los enclaves con más simbolismo de la peregrinación hacia la aldea. Se trata del conocido como Vado del Quema, un tramo del río Guadamar donde es tradicional bautizar a los nuevos romeros que realizan por primera vez el camino.
El entorno natural que rodea este espacio junto con la ofrenda floral a la escultura de la Virgen del Rocío que hay en el lugar, hacen que las Hermandades vivan este momento de manera “sobrecogedara y emocionante”.
Es “un espectáculo digno de ver” y del que disfrutan más de medio centenar de Hermandades y Asociaciones en su peregrinación hasta Almonte. Entre ellas la propia Hermandad de Aznalcázar que realizaba el paso al atardecer de este miércoles, 15 de mayo.
La Hermana Mayor de la filial aznalcaceña, Basi Fuentes, explicaba que “es un privilegio” poder disfrutar como Hermandad del paso por el Vado de Quema y de “poder presumir de tener este entorno del que disfrutan miles de peregrinos cada año”. “El paso por el Vadeo del Quema es muy particular, es el principio de nuestro camino y es diferente cada año”. En ese sentido, Fuentes indicaba que existen también otros puntos clave del camino que se viven con especial intensidad aunque, en realidad, toda la peregrinación es bonita y cada tramo tiene su encanto. “En el camino hay momentos para todo, momentos de estar solo, de pensar, reflexionar, de estrechar lazos, de afianzar la Hermandad…”.
En esta ocasión la Hermandad de Aznalcázar camina con alrededor de 200 romeros que se preparan para postrarse el fin de semana ante la Blanca Paloma.
También acompañaba a la Hermandad en estas primeras horas de camino la alcaldesa de Aznalcázar, Manuela Cabello que destacaba el ambiente rociero con los “cánticos, olores y colores tan peculiares de esta tradición”.
La alcaldesa no dejó de resaltar el Vado del Quema, “del que puede presumir con orgullo Aznalcázar” al haberse convertido en el lugar preferido de muchas Hermandades y en el más recordado, sobre todo para aquellos que se inician en el camino por primera vez, pues es aquí donde son bautizados como rocieros.
Cabello, además, ponía en valor el entorno natural donde se ubica el Vado del Quema que este, año, de manera especial, presenta un aspecto inmejorable debido a las copiosas lluvias que han hecho que abunde el agua y la vegetación. “Todo esto está favoreciendo que la Fiesta de Interés Turístico de Andalucía, el paso por el Vado del Quema sea espectacular”, afirmaba la alcaldesa orgullosa también de los vecinos que tantas ganas tienen de hacer su peregrinación y de llegar a la aldea para ver a la Virgen que es su principal motivación. “Es un camino duro, pero muy bonito, de reflexión, hacer balance, pensar en la vida y todo el que tenga fe y ganas de conocerlo puede hacerlo porque van a estar acogidos por las Hermandades”.
Manuela Cabello ponía en valor esta tradición familiar y la fe que se pasa de generación en generación. “Son muchas las personas que viven el Rocío desde muy pequeñas y, otras, las que lo han descubierto después y van motivados por esa misma fe que les impulsa cada año a caminar hacia la aldea y que si no van les supone un drama”. “Es algo inexplicable, decía, que cada uno vive de manera personal, cada uno hace su camino”.
En ese sentido, Cabello recordaba que muchos rocieros dicen lo importante que es el camino para llegar a la Virgen del Rocío con “la reflexión y la meditación que necesitas reencontrándose con uno mismo”. “Yo no lo he hecho nunca, pero los rocieros dicen que tan importante es ver a la Virgen como prepararse en el camino para ese encuentro por eso creo que es una ocasión ideal para descubrir el entorno, reflexionar y pensar y así lo hacen los rocieros y todos los que los acompañan”.
Manuela Cabello terminaba deseando un buen camino tanto a la Hermandad de Aznalcázar como al resto de Hermandades que pasan por la localidad estos días, esperando que todo transcurra sin contratiempos.