Tras ser presentado por Francisco Javier Cruz Fajardo, pregonero el año pasado, Capitán tiró de corazón para hacer un repaso generoso y minucioso por la historia de la Semana Santa del municipio, dando buena muestra de la profundidad de su fe, asegurando que Dios “llegó a su casa en forma de carta”, de esta carta que como pregón ofrece a su localidad, a sus vecinos y vecinas.
Antonio Javier se dejó más que la piel en un pregón donde los presentes escucharon la manifestación de sus mayores sentimientos, en los cuales, su familia tiene importante calado, y en los que también tiene la Virgen del Mayor Dolor como su mayor devoción.
Capitán ensalzó a la Virgen con numerosos piropos, bellos símiles y un sinfín de versos que emocionaron al patio de butacas, que respondió en todo momento con ovaciones al pregonero, cuyas palabras invitaron a una profunda reflexión a través de un marcado carácter teológico de profundas convicciones cristianas, reafirmando con ellas la importancia de la unión inquebrantable entre la Iglesia y las hermandades. “Que la primavera se pone celosa cuando ella pasa. Que el sol a veces siente que no brilla tanto como ella y las estrellas desearían un poquito de tu magia. Enamorado de ti, madre, desde el primer día que te vi, ya mi voz quiere ser piropo de miel para depositarlo ante ti"l.
También tuvo hermosas y devotas palabras para el patrón de la localidad, San José. “Las promesas van detrás de ti, porque tú eres el causante de nuestra querida hermandad. Fuiste el primero en evangelizar por las calles de nuestro barrio, las primeras plegarias fueron hacia ti, para que intercedieras ante Dios, por los hombres y mujeres de aquí”, proclamó Antonio Javier, quien también quiso destacar el importante papel que juegan y deben jugar los jóvenes, las mujeres y la música en el seno de la Semana Santa de la localidad.
En su guiño a la banda de música, que lo acompañaba en el escenario, destacó “¿Qué sería, de la Semana Santa rinconera sin la Banda Municipal Cristo del Perdón? Cuarenta años lleváis tocando, cuarenta años donde la magia surge desde vuestras manos y vuestros pulmones, poniendo banda sonora a la pasión, melodía a los silencios perfumando de cielo y de gloria las calles de nuestra localidad”
Al término del acto, el pregonero realizó la ofrenda a la Virgen del Mayor Dolor de un pañuelo bordado y enmarcado, dejándolo todo ya a la espera de la llegada del Viernes Santo con la salida procesional de El Cristo del Perdón y María Santísima en su Mayor Dolor.
