El joven cantaor jerezano pertenece a la saga de los Carpio, una de las familias cantaoras más prolíficas del jerezano barrio de La Plazuela, emparentada con los Moneo, Rubichi, Los Chalao y los Agujetas. Su formación en el flamenco se la debe a su abuelo Alfonso 'El Berenjeno', a sus tíos Manuel Carpio 'El Garbanzo' y 'El Mijita' y a otros parientes como Manuel Moneo, El Torta, Luis Moneo, Diego Rubichi o Manuel Agujetas.
Desde muy temprana edad ya se dejaba ver y comenzaba a dar sus primeros pasos en el cante en reuniones familiares. Pasaban los años y su grandísima pasión y afición por el cante flamenco lo llevó a seguir cantando por todos los rincones jerezanos, hasta que le llegó la oportunidad de presentarse ante la afición en la prestigiosa peña jerezana “La Bulería”, que le brindó la oportunidad de darse a conocer. Tras el recital de dicha peña es invitado a participar en la veterana fiesta de la Bulería de Jerez, en la que obtuvo un gran éxito de crítica y de público. Desde ese momento, su nombre comienza a sonar con más fuerza y a ser visto en algunas publicaciones de prensa.
Su debut oficial al gran público lo hace en la peña flamenca “Don Antonio Chacón”, obteniendo un grandísimo éxito. Desde ese momento comienza a dar pasos fuera del entorno jerezano y es solicitado para peñas y festivales de toda España, llevando su arte a lugares como Alicante, Murcia, Almería, Madrid, Barcelona, Zamora, Córdoba, Málaga, Jaén, Sevilla o Córdoba.
Algo más tarde se alza con el primer premio del concurso “Naranjito de Triana” de Sevilla y le conceden una beca para seguir su formación en la Fundación Cristina Heeren de Arte Flamenco, recibiendo clases de maestros de la talla de José de la Tomasa, Esperanza Fernández, Juan José Amador o María José Pérez.
Tras su paso por la fundación, participa en la XXI Bienal de Flamenco de Sevilla de la mano de la compañía de baile de María del Mar Moreno, y en muy poco tiempo se convierte en uno de los jóvenes más solicitados del cante jerezano.