Tomares vivió ayer domingo, 24 de septiembre, uno de sus días grandes del año: la salida en procesión de la Virgen de los Dolores, en su tradicional Rosario de la Aurora. Una festividad centenaria en España, que en Tomares se había perdido, siendo de nuevo recuperada en 2014.

Como se viene haciendo desde hace diez años, los tomareños madrugaban con las primeras luces del alba para ver salir a las 7 horas de la mañana, a su Virgen, “la Reina de Tomares”, de la Parroquia de Nuestra Señora de Belén, y acompañarla en su visita histórica a la barriada de Aljamar, donde fue recibida de forma multitudinaria y con gran emoción por los vecinos. Urbanización que visitaba por primera vez conforme al compromiso de la Hermandad Sacramental de acercar cada año la Virgen a los distintos barrios del municipio. En 2018, visitó La Mascareta, en 2019 el Camino Viejo, en 2020 se celebró dentro de la Iglesia, en 2021, Peralta, y en 2022 Las Almenas.

La procesión, que estuvo llena de emotivos y mágicos momentos a lo largo de todo el recorrido, iba encabezada por el alcalde de Tomares, José María Soriano, acompañado por su Equipo de Gobierno, el Hermano Mayor de la Hdad. Sacramental, Joaquín Manzano Vega, y su junta de gobierno.

Los tomareños se volcaron y vivieron con gran sentimiento y devoción esta festividad, engalanando sus calles con banderolas, colgaduras en los balcones, arcos, petaladas, templetes, y cuatro deslumbrantes alfombras de sal, realizadas por los vecinos en colaboración con el Grupo Joven de la Hermandad Sacramental, distribuidas a lo largo del recorrido, dos de ellas en Aljamar.

Un histórico día en el que la Virgen lució varios estrenos: un tocado de tul y bordado en hojilla, donado por Ely Espiñeira y Antonio Balado, un manto verde de terciopelo que le ha regalado una familia de hermanos de Aljamar, y un fajín bordado en oro, realizado y donado por las hermanas Canova Cartujana.

Los momentos más especiales se vivieron a la salida de la Virgen de la Iglesia, a su paso por las alfombras de sal, en Las Cuatro Esquinas y en la Avda. de Blas Infante, durante la misa en el Parque de la Música, oficiada por el párroco Fernando Emilio Borrego Ojeda, a su llegada a Aljamar, donde la Virgen fue recibida por otras dos alfombras de sal, realizadas por los vecinos, en colaboración con el Grupo Joven, o su vuelta a casa bajo una lluvia de pétalos.

En el recorrido hasta Aljamar III, la Virgen fue acompañada por el Coro de Campanilleros de Tomares que cantó los cinco misterios del Rosario, y en su camino de regreso por la Banda Cristo del Perdón de San José de La Rinconada.
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