La fiebre del Nilo se transmite a través de la picadura de insectos vectores, y en concreto en Andalucía, mosquitos del género Culex. El virus se mantiene en la naturaleza mediante un ciclo que incluye la transmisión entre aves y mosquitos, siendo las aves sus hospedadores naturales, y pudiéndose transmitir a personas y caballos de manera accidental por la picadura de mosquitos infectados.
Los síntomas de la enfermedad son, entre otros, fiebre, dolor de cabeza, cansancio y dolor corporal, vómitos e inflamación en los ganglios y las principales medidas preventivas, en zonas de riesgo, son el uso de manga corta y pantalón largo, tanto al amanecer como al anochecer, la aplicación de repelentes en la zonas de la piel expuestas y la protección de las ventanas con mosquiteras.
