La ceremonia ha tenido lugar tras el oficio y misa coral, presidida por monseñor Saiz Meneses, arzobispo de Sevilla acompañado de sus obispos auxiliares, monseñor Teodoro León y monseñor Ramón Valdivia, momento en el que todos los canónigos han esperado al arzobispo en la sacristía de los Cálices, para luego dirigirse al coro precedidos por el pertiguero a través de la vía sacra, colocándose en sus lugares correspondientes. Allí se ha constituido la sala capitular, ad casum para la toma de posesión del nuevo deán.
El nuevo deán, acompañado de las dos dignidades más antiguas de cada coro, del secretario y del maestro de ceremonias se ha colocado ante el facistol frente a la cátedra del arzobispo, ocupando a continuación su nuevo asiento en el coro como deán.
Al finalizar el acto, los canónigos, de menor a mayor antigüedad en el cargo, han saludado al arzobispo junto a sus obispos auxiliares y al nuevo deán.
Ser precursores de Cristo
Monseñor Saiz Meneses, en su homilía, se ha referido a la figura de san Juan Bautista, en el día en el que se conmemora su solemnidad: “De la vida y palabra de san Juan Bautista podemos extraer su actitud de precursor. Una actitud que, como la vivió san Juan Bautista, se concreta en tres acciones o facetas: ‘preparar’ el camino, ‘señalar’ al Señor y ‘desaparecer’.
El arzobispo de Sevilla ha indicado que todos somos precursores unos de otros, “en la familia, en distintos ámbitos de la sociedad, y en la Iglesia, también. Somos después destituidos por otros que vendrán después”. “En estos tiempos de inconsistencia, de liquidez, de egocentrismo, de narcicismo -añadió-, sea cual sea nuestra misión pastoral, hemos de ser precursores que preparan el camino al Señor, que propician el encuentro con Él y desaparecen discretamente”, explicaba José Ángel Saiz Meneses.
