No lanzarse al agua en zonas desconocidas, evitar el consumo de alcohol antes de bañarse, vigilar especialmente a los menores durante el baño, no exponerse al sol en las horas centrales del día, proteger especialmente la cabeza y los ojos, utilizar cremas protectoras y limpiar con agua salada las picaduras de medusas figuran entre los principales consejos que se ofrecen para este periodo estival.
Desde el Ministerio de Sanidad se quiere incidir en la necesidad de prevenir los efectos que las altas temperaturas pueden tener sobre su salud.
Los principales consejos de prevención incluidos en el decálogo “Disfruta este verano con salud” están:
- Beber agua y líquidos con frecuencia, aunque no sienta sed y con independencia de la actividad física que realice.
- Evitar las bebidas con cafeína, alcohol o muy azucaradas, ya que pueden favorecer la deshidratación.
- Aunque cualquier persona puede sufrir un problema relacionado con el calor, prestar especial atención a: bebés y menores, lactantes y mujeres gestantes, así como personas mayores o con enfermedades que puedan agravarse con el calor.
- Permanece el mayor tiempo posible en lugares frescos, a la sombra o climatizados, y refréscate cada vez que lo necesite.
- Procurar reducir la actividad física y evitar realizar deportes al aire libre en las horas centrales del día.
- Usar ropa ligera, holgada y que deje transpirar.
- No dejar ninguna persona en un vehículo estacionado y cerrado (especialmente a personas menores de edad, mayores o con enfermedades crónicas).
- Consultar a un profesional sanitario ante síntomas que se prolonguen más de una hora y que puedan estar relacionados con las altas temperaturas.
- Mantener tus medicinas en un lugar fresco; el calor puede alterar su composición y sus efectos.
- Hacer comidas ligeras que ayuden a reponer las sales perdidas por el sudor.
Por otro lado, durante el verano, es cuando más actividades desarrollamos al aire libre pero también es la época en la que los rayos del sol son más perjudiciales, ya que inciden en la Tierra de forma más perpendicular. Nuestra piel es en esta época muy vulnerable a la exposición solar, por lo que una adecuada protección es fundamental para evitar daños sobre la salud, sobre todo porque los efectos negativos de la exposición prolongada al sol son acumulativos.
Algunas de estas consecuencias son quemaduras, insolaciones, afecciones oculares, alteraciones del sistema inmunitario o el envejecimiento cutáneo prematuro. El aumento del cáncer de piel (carcinoma y melanoma maligno) en los últimos años es un claro indicativo de los peligros que comportan estas radiaciones cuando no se toman las debidas medidas de precaución.
No obstante, la mayoría de los efectos adversos de la exposición al sol son vitables siguiendo unos sencillos consejos que recomiendan el Ministerio de Sanidad
Prevención de accidentes en el medio acuático.
Las actividades acuáticas recreativas, como nadar, pescar, deportes náuticos…etc. son muy beneficiosas para la salud de las personas de todas las edades.
Sin embargo, sabemos que, en estos lugares de ocio y disfrute, también se producen lesiones que en algunos casos pueden ser graves o incluso pueden llegar a producir la muerte. Estas lesiones graves (ahogamientos, traumatismos craneales y lesiones medulares) en su mayoría se producen por cometer imprudencias o en un momento de descuido de la vigilancia de los menores, pero en su gran mayoría se pueden evitar o minimizar sus consecuencias, adoptando una conducta segura y siguiendo las recomendaciones de los expertos.
Precaución ante picaduras de medusas
En los últimos veranos, sobre todo en el mar Mediterráneo, se ha venido produciendo la llegada de poblaciones de medusas que, arrastradas por las corrientes marinas, alcanzan las playas dificultando e impidiendo el baño e incluso el paseo por la arena.
Las medusas tienen células urticantes, cuyo contenido liberan para defenderse de algún peligro o para capturar presas.
En el caso del ser humano, la mayoría de los incidentes ocurren por contacto accidental con las medusas durante el baño, al ser pisadas o manipuladas.
Aunque siempre hay excepciones, las “picaduras” de las medusas no suelen ser graves. El contacto con medusas vivas, muertas o con restos de ellas se caracteriza por dolor y/o un picor intenso e inmediato en la zona, pudiendo aparecer reacciones locales con enrojecimiento, inflamación y vesículas pequeñas. Más rara es la aparición de sintomatología general como náuseas, vómitos y calambres musculares. Los casos más graves pueden presentar pérdida de conciencia con el consecuente riesgo de ahogamiento.
Las personas que hayan tenido contacto previo, pueden estar sensibilizadas y una segunda picadura puede producir una reacción más severa. Deberán tener especial cuidado las personas con un historial de alergias así como las personas con problemas cardíacos, y se debe extremar la vigilancia en los menores.
Además de las personas que hacen uso lúdico del agua, también pueden verse afectadas las personas que practican submarinismo o las personas que trabajan en el mar. Se recomienda precaución, ya que el mayor riesgo es no ser conscientes del peligro que puede suponer el contacto con las medusas.